El marchitar de El País de Nunca Jamás
- Todo pasará rápido, pero antes debes comprender algunas cosas.
Aquella voz... le resultaba conocida. Era ronca y masculina. Intentó distinguir la figura de la cual provenía. Esta estaba entre las sombras mientras ocupaba una pequeña silla. Aun así, la cabeza le daba vueltas. Poco a poco fue recordando el golpe que recibió en la cabeza antes de perder el sentido. Estaba tomándose un whisky tras llegar del trabajo. No había nadie. Los críos estaban en la universidad. Y su mujer, Moira, había fallecido hacía medio año a consecuencia de un infarto. Lloraba mientras apoyaba su cuerpo sobre el fregadero. De repente, le tocaron el hombro. A continuación, vino el testarazo. No sabía con qué había sido. Lo último que pudo distinguir fue que, sobre el piso, el vaso estaba moviéndose de lado a lado mientras la bebida lo rodeaba.
- Está todo seco. Perdido por la inacción de las almas de Los Niños Perdidos. Al pasar unos años decidieron seguir tu camino. Regresar al mundo material. Y, al igual que hicieras una vez, olvidaron el lugar del que provenían. Dime una cosa, ¿qué le sucedió a Wendy?
Esta sí que la reconocía. Era Campanilla. Y, nada más verla, descubrió que tenía el tamaño de una persona normal. Calculó que alcanzaría el metro setenta de estatura. Seguía conservando sus ojos marrones y su característica melena pelirroja. Pero no portaba sus alas. Y eso le hizo llegar a la conclusión de que las había cortado. Esto sólo podía significar una cosa: había decidido volverse mortal. "Murió mientras dormía; parece que no sufrió", dijo Peter al fin.
- Bueno, a lo hecho pecho. Todos vamos a acabar igual. ¿Sabes dónde te encuentras?
El abogado analizó el lugar. De nuevo notó la presencia de aquella misteriosa, y extrañamente familiar, figura masculina. Todo a su alrededor era de madera. Le llegó un ligero olor a salitre. Finalmente, se percató de que en una mesita habían colocado un garfio. No podía creer lo que tenía delante. Tratando de disimular su ira, y pánico, soló acertó a decir que aquello parecía el "Jolly Roger", el barco del Capitán Hook. "Eso es, muy bien. Parece que no has olvidado tus pequeñas aventuras en este palacete", escuchó. Aquel que lo decía era inconfundible. No podía ser otro que Smee, el que fuera el ayudante más cercano del pirata. O la niña que merodeaba sus faldas, tal y como lo llamaban en aquellos días de interminable guerra.
- Vaya, resulta que me has reconocido. Hace tanto tiempo que quería acabar lo que una vez dejamos a medias. Vengar la muerte de mi Capitán. Pero no estamos aquí por eso. Tienes que empezar a entender ciertas cosas. Y lo primero es que sepas quién es el que está entre las sombras.
La figura masculina se levantó. Pero siguió en la oscuridad. No dijo nada. No lograba discernir sus rasgos. Y la cabeza seguía doliéndole a consecuencia del golpe. ¿Quién sería? Todo eso le produjo un malestar tremendo en el cuerpo. "Le conoces de sobra", comentó Campanilla. "Y él no ha sido el que te ha golpeado, fui yo".
"Digamos que ha sido una pequeña forma de recuperarme por todos los feos que me hicistes. De sanar los males ocasionados por tu obsesión hacia Wendy. Y luego por Moira. Por dejarme aquí y tener que ver cómo el mundo que una vez juraste proteger iba marchitándose poco a poco. El País de Nunca Jamás no existe, Peter. Ha desaparecido. Sólo hay polvo y ceniza. Y tú, con tu inconmensurable aura, eres el responsable. Lo has echado todo a perder. Pero, en serio, ¿todavía no sabes quién es el que está en las sombras?".
No. No lo sabía. Por mucho que intentaba reconocerlo no podía. Sin duda, era más alto que él. Y más fuerte. Su cuerpo parecía estar endurecido mediante años y años de encarnizada lucha por la supervivencia. Y sus ojos... su mirada irradiaba una inquisidora luminosidad que parecía traspasarle de arriba abajo. Entonces, escuchó algo. Parecía un susurro. Pero en su contenido le pareció que había un nombre. El individuo volvió a repetir la acción. Esta vez fue un poco más alto, pero seguía sin poder descifrar nada. Lo hizo otra vez. Y en esta ocasión fue con el volumen necesario con tal de que lo escuchara. "Rufio". ¡No! ¡No podía ser! ¡Estaba muerto! Había fallecido en sus propios brazos. "Rufio", repitió la figura.
- Sí, es él. Tuvo suerte. Lo encontré agonizando después de tu ultima partida con el Capitán. Pero, con paciencia y esmero, pude lograr que sanara. Incluso llegué a pensar que no lo lograría.
El que había hablado era Smee. "Lo encontré completamente abandonado a su suerte. ¿En serio tú y Los Niños Perdidos sois capaces de semejante atrocidad? ¿De abandonar a una persona que está agonizando? El Capitán no comulgaba con esas prácticas, y lo sabes. Así que decidí encargarme de él en base a nuestro Código de Honor. Tenía que recompensarle por las heridas que Hook le había causado. Es la Ley de Los Piratas. Y parecen que tienen más corazón que las vuestras".
"Poco a poco, fue recuperándose. Nunca le dije nada. Jamas le conté algo. Cuando sanó comprendió todo. O quizás fuese antes. Pero el caso es que, en cuanto pudo comenzar a valerse de nuevo por sí mismo, observó a tus secuaces de lejos. Decidió dejarles en paz. No quería vengarse. No deseaba hacerles daño. Sólo quería vivir su vida".
"Pero llegó el día en el que decidieron seguir tu mismo camino. De uno en uno fueron abandonando El País de Nunca Jamás. Así hasta que no quedó ninguno. Fueron olvidándose de él. Incluso de sí mismos. Por eso no se pusieron en contacto contigo. Por eso no sabes nada de lo que estaba ocurriendo aquí. Si no hubiera sido así hubieran, hubieseis, tomado partido. Pero tú, fiel a tu naturaleza egoista, decidiste ignorar esta tierra al ver que no había señales de ella".
Finalmente, y al acabar Smee de decir esto, Rufio salió del lugar que lo cobijaba. Fue directo hacia Campanilla. La agarró de la cintura y la besó en los labios. Peter dejó escapar una pequeña sonrisa. Era de alegría, pero el temor y el pánico le impedían comentar algo. "Cuando todo comenzó a echarse a perder tuve que salir en busca de respuestas. Saber qué era lo que estaba pasando", expresó con una voz grave que delataba el sufrir que había padecido durante tanto tiempo.
- Ella ha sido mi único consuelo. Y tuve que abandonarla sin siquiera intuir qué era lo que estaría viviendo mientras estaba fuera. Por lo menos, durante ese tiempo, Campanilla tuvo la compañía de Smee. Pero a pesar de todo el padecer, de los días sombríos que nos han tocado presenciar, nunca os he guardado odio ni rencor. Ni a ti ni a todos tus compañeros. Ellos tenían su vida. Decidí hacer la mía alejado de todos vosotros. Así que, como comprenderás, no me quedó más remedio que dejar todo atrás".
"Diez años fueron los que me costaron encontrarla. ¿Y sabes qué? No fue muy lejos de aquí. Me había dado por vencido. Volví. Regresé con el rabo entre la piernas habiendo fracasado en mi misión. Fue la noche antes de volver a encontrarme con estos. Me vi obligado a pernoctar en la cueva que está al lado de donde está atracado este barco. La conoces. Más de una vez cruzaste sus galerías mientras volabas".
"Y eso es algo que ya no puedes hacer, ¿verdad? Desde la muerte de Moira no tienes recuerdos felices que te lo permitan. Ni siquiera con el polvo mágico de Campanilla podrías hacerlo. Y esto, viejo amigo mío, es una de las causas por las que ha abandonado su inmortalidad. Por lo que cortó sus alas y caminará como una mortal hasta que le llegue su hora. Es una consecuencia de tus actos. En cierto modo, no le ha quedado más remedio. Hemos de seguir adelante".
- También fue por tí. Me dieron la oportunidad de estar a tu lado. Se juntó todo. No podía perder esa oportunidad-, dijo la recién nacida como humana.
- Lo sé, tranquila. - Rufio la volvió a besar tras comentar esto -. Pero ahora vamos a lo que íbamos. Tienes que comprender todo. El porqué de que estés aquí y cuál es el papel que desempeñas".
"En la cueva me encontré con una vieja bruja. Me extrañó no conocer su existencia. No había oído hablar nada de ella. Y, por lo que me dijo, tú tampoco. Había estado siempre oculta. Igual que lo hacen las ancianas que tejen el Destino de los individuos. Tal vez por ello tu mujer se llamaba Moira. Todo está conectado con una finura exquisita. Tal vez por ello todo tenga que acabar de la forma en que ha de hacerlo".
"Antes de nada, quiero que sepas que no te guardo rencor. No hay odio de mi hacia ti. Sólo hago, sólo hacemos, lo que tenemos que hacer. Las flores deben volver a nacer en este lugar. Los pájaros tienen que recuperar su vuelo. El agua ha de ser de nuevo potable y de buen sabor. Hemos de eliminar las pesadillas y dar paso a los sueños".
"Pero como te he dicho, todo está conectado. Tú y Garfio estáis unidos por el cocodrilo. Tenéis que volver a ser uno en vuestras jornadas. Y Tic Toc es la puerta hacia ello. Es una cuenta atrás. Un nuevo amanecer. Un horizonte que es abierto de nuevo. Has de hacer compañía a Hook mientras el reptil os acuna".
Peter comenzó a comprender. Trató de librarse de las cuerdas que lo maniataban, pero le fue imposible. "No sigas, no pongas resistencia. No hay vuelta atrás", comentó Campanilla mientras las lágrimas surcaban su rostro. "Está esperándote fuera. Aguarda el instante en el que todo vuelva a comenzar", dijo. Peter no sabía a quién estaba refiriéndose.
Smee lo agarró en volandas como si fuera un saco de patatas. Su fuerza era tremenda. De esa forma fue llevándole a través de los pasillos de la embarcación hasta llegar a su cubierta. Allí había un mástil con una cuerda. "Con ello te bajaremos hasta el agua". Era Smee el que le hablaba. Parecía distante, tal si llevara a cabo un trámite que hubiera realizado múltiples veces. Pero no era eso. En el fondo, su forma de actuar reflejaba resignación.
- Sólo espero que no sufras, querido. Deseo con toda mi alma que todo sea rápido. Esto no puede seguir así. El Pais de Nunca Jamás ha de recuperar su belleza y harmonía.
¿Quién era? Recordaba esa voz... le resultaba tan cercana esa forma en la que irradiaba calor y comprensión... Justo al lado del mástil vio a una anciana. "Es la persona de la que te he hablado", le reveló Rufio. ¡Pero no! ¡No podía ser! ¡Era Wendy! ¿Qué significaba todo esto?
- Fallecí, pero no lo hice. Mi espíritu escapó de la realidad cansado como estaba del día a día. Además, sentía que algo andaba mal. Entonces comprendí. La falta de inocencia nubla el juicio de los adultos. Y que Los Niños Perdidos se alejaran de ella formó la pesadilla que ves. Te siguieron, Peter. Querían emular tus pasos. Así que hay que empezar de nuevo. Has de hacerle compañía a tu némesis. Te está llamando. El Pais de Nunca Jamás te reclama. Has de terminar lo que empezaste. Aunque no tengas elección. Aunque lo hayas hecho sin pretenderlo. Son los hilos del Destino. Tienes que hacerte cargo de él.
Meditó. Sabía lo que iba a pasar. No tenía escapatoria. Y quizás fuera lo mejor. "¿Y Moira? ¿Qué tiene que ver con todo esto?", preguntó.
- Ella también te aguarda. Está impaciente, pero tranquila. El infarto sucedió cuando se enteró de lo que pasaba. Reconoció a uno de Los Niños Perdidos. Era compañero de clase de Jack y amigo de Maggie. Él no la reconoció y Moira empezó a darse cuenta de que este no recordaba nada de su vida anterior. Y todo le fue revelado. No pudo con la impresión. Pero tranquilo. Te está esperando. Cuando todo termine, este lugar recuperará su magia y podrá hacerse de nuevo una vida normal. Aunque tus hijos sufrirán por perderos a los dos en tan poco tiempo. Respira, saldrán adelante. Les costará, pero saldrán adelante. Está todo escrito. Es su Destino.
- Por favor, no hables más. Tenemos que hacer lo que tenemos que hacer -. Le suplicó Campanilla a Wendy.
Rufio estaba impertérrito, pero en su rostro también había lágrimas. Smee parecía aliviado, pero no había signo de odio ni venganza en su semblante. Y Wendy le sonreía de esa forma amorosa tan natural en ella. "El primer paso de esta liturgia fue la perdida de las alas por parte de ella. Por lo menos, en ello estuvo implicado un acto de amor. Fue la primera ventana que dejará entrar la brisa. Pero hasta que no sea concluido el proceso no entrará el aire".
A continuación, en cuanto Wendy dijo aquello, ataron a Peter de los pies y fueron levantado su cuerpo. Entonces, lentamente dirigieron la carga del mástil hasta que estuvo sobre las aguas. Pudo ver al cocodrilo dando vueltas. El animal parecía estar esperando su ansiado festín. Fueron bajándole despacio. Daba la impresión de que pretendían no lastimarle.
Cuando estaba a metro y medio de la superficie, el reptil saltó agarrando a su presa. La sumergió bajo las aguas tratando de ahogarla. Después, balanceó violentamente su cuerpo de lado a lado con tal de partirlo. De destrozarlo y poder tragarlo mejor. Y lo hizo. Lo rompió en dos. Primero consumió la parte inferior del busto. Acto seguido, la superior. Las aguas se tiñeron de sangre tornándose en un rojo carmesí que brillaba bajo la luz del sol. Cuando terminó, el cocodrilo se sumergió y desapareció.
Pero dejó uno de los brazos de Peter. El derecho. El mismo en el que el Capitán Hook solía portar su garfio.
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