UNA ANTIGUA MELODÍA QUE SE REPITE
¡Boom, boom!
La vieja sonata,
pero con diferentes instrumentos,
a sonar retorna
como si el tiempo no hubiera pasado.
¡Boom, boom!
Nos acompaña
desde tiempos antedilivianos...
o eso pretenderían hacernos de creer
asegurando que está en nuestra naturaleza
obviando que si así fuera
no hubiéramos creado el mundo
que contemplamos ni las artes
o la tecnología que lo edifica.
Y nos engañan
al pretender que les demos crédito
a las grises carreras que tienen
por objetivo la aparentemente defensa
de enemigos que se fundan
en intereses ajenos
hacía el sentido de la gente
en el pretender sentir de la vida.
¡Boom, boom!
La vieja sonata
vuelve a sonar en algún descampado
desde la espesura
que fue creada en algún sangrante manto.
¡Boom, boom!
Y la desfachatez se escuda
en este mismo mundo,
pues llegan a afirmar
que sin lo que le rodea,
tal y como se ha dicho antes,
nada de lo que se goza habría...
¿Acaso se lo creen
y no saben que sin ellas
también se habría alcanzado?
Y la inquina en las ceremonias
en las que se dan premios
por lograr la calma
previamente truncada
con tal de ser aliciente
hacía ponerlo todo en marcha...
Es todo tan verde
que hasta las mismas pinturas
son olvido disfrazado.
¡Boom, boom!
La vieja sonata
es la cantinela surgida al polvo
de alguna victoria
que significa justo lo contrario.
¡Boom, boom!
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