"Tótem"; el reflejo de la luminosidad en la adversidad

La mexicana Lila Avilés alaba la familia y la amistad en su segundo largometraje

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Puede que, como si fueran a pedir un deseo, contengan la respiración al finalizar su metraje. Y esto pese a la sensación de purificación que llega a irradiar el segundo largometraje de la mexicana Lila Avilés, "Tótem" (2023). De ello es responsable la compleja sencillez mediante la cual narra la jornada en la que se celebra la fiesta de cumpleaños de un enfermo de cáncer que sabe que está disfrutando de sus últimos coletazos.

Con tal fin, Avilés se vale de la figura de Sol, Naíma Sentíes, quien a sus 7 años va interiorizando la próxima partida de su progenitor. Interpretado por Mateo García Elizondo, Tonatiuh (Tona) es un pintor que lucha por tener presencia en la celebración por su propio aniversario mientras afloran los problemas económicos y personales de una familia que, desde lo más profundo de su corazón, quiere rendirle el que podría ser un último homenaje.

A lo largo de sus 95 minutos de duración, Sol va dejando de lado la inocencia propia de su edad y comienza a vislumbrar la complejidad del mundo. Va observando los diferentes matices que en este hay. Estos pueden ser la paciencia a veces saturada de su viudo abuelo o cómo su tía se ve desbordada por los acontecimientos y se da lentamente a la bebida pese a que se desvive por su hija de apenas 4.

Además, con el calendario mesoamericano de 260 días y el reinicio de ciclo de fondo, la parte espiritual del clan afronta el aspecto material con tesón y tratando que los miembros más jóvenes no pierdan lo característico de su edad. De esa forma, Lila Avilés rinde honores a las tradiciones de los pueblos de la zona frente a lo que supuso la conquista española.

Según sus propias palabras, se trata de "una película con un personaje femenino chiquiturris, que tiene una gran percepción de la vida; ahora las nuevas generaciones van todos con el ipad y ni voltean para arriba, me interesaba cómo es la interacción cuando sí escuchas, cuando observas, cuando estás siendo curiosa". Añadía que es "un filme que aboga por la diversidad y por escucharnos a nosotros mismos".

En estas declaraciones, las cuales fueron realizadas al 'Instituto Mexicano de Cinematografía", la definía de "película circular". Ello después de que fuera seleccionada a participar en la 73 edición de la Berlinale y antes de su elección como representante mexicana en los Óscar. Además, acaba de ser galardonada como el Mejor Largometraje de ficción en el 21 Festival de Cine de Morelia, donde también ha sido premiada con la Mejor Dirección y el Premio del Público.

Una loa a la familia y la amistad

Se trata de un "film" que va más allá de narrar la historia de una persona apunto de morir por el cáncer. En un retrato de la familia y de las amistades. Un reconocimiento al soporte que dan ante la incertidumbre. A los "momentos que son como en los umbrales, pues son el sostén, son la belleza, es la diversión, es la caída, es la levantada, es lo que da soporte”, recogía 'El País' de las palabra de Avilés. Y ello teniendo la mirada de Sol de fondo.

A veces perdida, analizando la situación o haciendo cosas que son propias de su edad, transcurre esa jornada deseando encontrarse con su padre. Tal vez ver la forma en la que sopla las velas, poder jugar con sus primos sin que todas las circunstancias del momento le pesaran. Dedicarse a explorar el mundo que le rodea sin esa mochila que sabe que le comienza a pesar y de la que le gustaría deshacerse con tal de que todo volviera a ser como antes.

Y es que, al igual que mencionábamos anteriormente, su complejidad se basa en la forma en que irradia bajo una aparente sencillez. La alegría y tristeza que brinda van siempre acompañadas de una luminosidad que incluso en sus momentos más oscuros refleja esperanza. Que el camino sigue pese a que parezca que está por finalizar. El que se llevara el premio de la Competencia del Jurado Ecuménico en la Berlinale podría no querer decir nada, pero sus líneas trasmiten muchísimo más de lo que parece aparentar.

Y lo que respira ese hogar es vida; una frenética actividad con sus pros y contras que se centra en una fecha señalada. "A mí me encanta eso, me encanta que se sienta vivo, tenemos a veces un preconcepto del cine que es hablar así como en mo-no si-lá-bi-cos, pero en la vida no somos así", explicaba en 'Los Ángeles Times'. Y es que, desde su opinión, es muy complicado "encontrar" el sentido de cada personaje y la forma en la que habitan.

La belleza de ser seres sociales

En su presentación en el donostiarra 'Zinemaldi', la mexicana afirmaba que "cualquier persona que haya vivido un duelo ha vivido ese proceso en el que te vuelves muy frágil pero a la vez muy fuerte. Es la belleza de que somos seres sociales, colectivos, animales sociales". Asegurando que es un trabajo personal, con ella pretende "regresar al microuniverso que es el concepto de casa, de cómo habitamos la casa, cómo nos habitamos a nosotros mismos...", recogía 'La Vanguardia'.

Por ello aseguraba que "a veces se nos olvida jugar", siendo el "ritual del juego" por lo que tendríamos que apostar. "Los niños van a un parque y juegan, ese espíritu se coló en el rodaje". Se trata, en definitiva, de una apuesta muy diferente a "La camarista", su primer largometraje y el cual estrenó en 2018. Habiendo logrado también el Premio del Público en el Festival Cine Latino de Toulouse, "Tótem" se nos presenta como una propuesta fresca y atractiva en el que la intimidad mostrada es tan necesaria como la esperanza e ilusión frente a la adversidad que pretende expresar.



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