Un perro provoca que una aerolínea pague una indemnización de 1.300 euros

Sus gases, ruidos y babeo hicieron insoportable el viaje a unos neozelandeses

El  can que fue protagonista de la historia. Fotografía de Gill y Warren Press publicada por 'TMZ'

Si les parece simpático y gracioso el rostro del bulldog que acompaña estas líneas, aunque puede que les resulte indiferente, no permitan que les engañe. El malestar ocasionado por sus gases, además de resoplidos y babeo, han provocado que la aerolínea 'Singapore Airlines' deba indemnizar a una pareja neozelandesa con 1.410 dólares, unos 1.300 euros.

El viaje lo hicieron el junio pasado. En total, el vuelo que cogieron duraría unas 13 horas e iba de París a Singapur. Ellos son Gill y Warren Press y, según recogía el 'Stuff' este 08 de septiembre, tras escuchar unos ruidos ella pensó que, en un principio, se trataba del sonido del móvil de su pareja. Pero al mirar hacia abajo se percataron de que se trataba de un perro. Además, él iba en pantalones cortos y sus piernas se llenaron de babas. Al momento de informar de lo sucedido la indemnización todavía no estaba establecida.

Esta se ha dado a conocer a partir del día 20 de este mes. Pero antes de ello, la propia compañía llegó a dar a cada uno 125 dólares neozelandeses que les valdría en la web de compras que dispone, 'KrisShop', recogía 'Staff'. Respondieron que no les compensaba ya que les habían ofrecido pasarse a la clase turista cuando iban en primera. Aseguraban que no les informaron de la presencia del perro, además de no recibir el trato merecido por lo que habían pagado.

Desde la compañía, un portavoz reiteró sus disculpas después de que lo hiciera la tripulación por "cualquier inconveniente o angustia causado por su experiencia a bordo de su vuelo”. Y es que, pese a que la aerolínea prohíbe la compañía de perros de apoyo emocional en sus vuelos desde el 1 de abril, respetarían las reservas realizadas antes de esa fecha.

Ese sería el caso del can. Desde la aerolínea expresaron al 'New Zealand Herald' el 10 de septiembre que no pudieron cambiar "al señor y a la señora Press dentro de la misma cabina porque la cabina de Premium Economy Class estaba llena". Añadían que se ofrecieron a trasladarlos "a dos asientos vacíos en clase turista, lo cual aceptaron después del despegue”. Justo a la zona que había estado reservada al personal, remarcaba 'Stuff'.

Y es que ante lo insoportable de la situación decidieron pedir que se les cambiara de lugar a mitad del vuelo, momento en el que estaría disponible la zona del avión antes mencionada. Después vendrían los tiras y aflojas con la compañía hasta lograr la indemnización, la cual donarán a la ONG 'Blind Low Vision NZ', explicaron a 'Insider'. Esta "proporciona perros guía a neozelandeses ciegos o con baja visión". Respecto a sus próximos vuelos, Gill expresaba a 'TMZ' que espera que les avisen y desea encontrarse con bebés. "Espero niños pequeños. Pero no espero un perro".



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