IR UN POCO MÁS...
A veces toca,
y otras no,
sentir, respirar,...
un alto
en el camino.
Mirar la cima,
lo andado
en el caminar...
el sudor
como testigo.
Y recomponer
las fuerzas,
aunque parezca
que rocen
su ocaso.
Ver sus límites,
y tirar
un poquito más
de la fé
en ello.
Luego descansar
como el mejor halago
que nos de fuerzas.
Escuchar
esos latidos
bombeando
la sangre
en nuestras venas.
Sentirla
en nuestro cuerpo
fatigado
a la vez
que coge fuerzas.
Mirar entonces
lo que todavía queda
y andar otra vez.
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