IMAGINAR UN MUNDO NUEVO
Quisiera observar un mundo nuevo,
pero que contenga
la apariencia de este.
Que siga vagando
por esa inmensidad
del Gran Universo;
y que siga conteniendo
esos secretos que guarda.
Los mismos, ni más ni menos.
No sabría decirte cómo sería.
Pero de seguro
que la sequía no habría,
tampoco diluvios
que puedan arrasar
con lo que se topen.
Pero lo que sí es seguro
es que, si el caso se diera,
el Hombre no tendría que ver.
En ese paradigma utópico
la naturaleza
sería referente.
Y sus parámetros
la dulce salvedad
de lo más grandioso
a partir del equilibrio
que desde toda ella mana
en una fuente sin seco.
Por supuesto, su fulgor reinaría
con todo su esplendor.
Nuestras formas serían
algo muy distinto
a las conocidas,
alejadas del creer
que nunca se darán cambios
o será imperecedera
por más allá de los siempres.
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