GRAVEDAD METAFÓRICA
Mentiría si afirmara
que a soñar nunca llegué
con la poesía perfecta.
Faltaría a la verdad.
En verdad fueron muchas
todas las ocasiones
que sentí esa realidad,
esa temeridad.
Pues no existe lo perfecto.
Lo grandioso, tal vez,
al igual que el sentimiento
de presenciar lo que
sería una epifanía.
Sumergirse en ese mundo
y lograr sentirse
como un ave en pleno vuelo
y poder descender
obviando a Gravedad.
Son los sentimientos
de esos agraciados
con el don de poder
plasmar sensaciones,
de lo bueno y malo,
de sus alegrías y penas,
de aquello que les quema en su interior.
Y yo no estoy entre ellos,
no estoy diciendo eso.
Ojalá lograse
tener ese poder
y poder lograrlo.
Eso sería una epifanía
si alguna vez pudiera lograrlo.
Sea maravilla o no,
ahí quedarán los instantes
en que embelesado
disfruté con otras gentes.
¡Menudo el Universo
por encontrarse
en algo que es tan vasto!
Resulta muy peculiar,
pues su impresión parece
completamente única
en esas personas
disfrutando con ellas.
Y desde su parecer
hasta la moraleja
dispondría otra tela.
En realidad… quién seré yo
si tanto queda en leer
y siempre han sido tan pocos
de los que disfruté
con esa experiencia.
Y toda esa simple obsesión
con Harlem y su Rey
arrancándoles los ojos
cuchara mediante
a los de sangre fría.
La grácil obsesión
en aquellos versos,
su rima valiente
y también doliente.
Lo pulcro en el ritmo
y el sentir de su Granada
y su tierra desde el extranjero.
La rabia a lo injusto
en lo más oscuro.
Un duro destete
que lo triste envuelve
notando el reflejo
de su tierra en esa escena.
“Los negros lloraban confundidos…”
Increíbles tesoros
que salen de algún resorte
que parece único
en las agraciadas mentes.
¡Simplemente son versos
que guardar pueden
las almas y el corazón!
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