ABRIR LA VENTANA
Dale al botón de Reinicio.
“¿Por qué”?; igual te cuestionas.
No sé, quizás porque a veces,
tal vez demasiadas,
nos olvidamos de hacerlo
con nosotros mismos.
Se apodera de nosotros
el mundo. Nos sobrepasa.
¿Qué habremos de hacer entonces?
Abrir la ventana,
tomar aire, mirar el Sol,
sentir los minutos.
Pero son las trampas
de este mundo…
que incluso permite
disponer de todo el tiempo
y vacío sentirse.
El punto intermedio
se suele presentar
como trampa eficaz
que es capaz de dominarnos
más, incluso,
que un lado o su contraparte.
Se satura el alma.
Sus cimientos
oscuros se vuelven.
Se cae en algo pernicioso
que todo lo invade.
Vemos un reflejo.
Parece presentar
algo que sería real.
Pero muestra un espejismo
deformado
de lo que mostrar pretende.
Dale al botón de Reinicio.
“¿Por qué?”; quizás te cuestionas.
Pues para que cojas aire
y puedas respirar.
Para que veas que este mundo
nunca fue una prisión.
Si en ello lo convirtieron…
¿participaste en esa obra?
Vuelve a cargar tus pulmones,
abre la ventana.
Y desoye a quien escribió
todo este discurso.
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