Enseñan a cuervos a recoger colillas a cambio de recompensas

Lo está haciendo una empresa sueca que pretende acometer la limpieza de la vía pública 

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Dicen del cuervo que es uno de los animales más inteligentes. Son capaces de resolver problemas, usar ramitas como herramientas a la hora atrapar larvas con las que alimentarse, juegan entre ellos y establecen relaciones con los humanos a través de estos,… De hecho, un estudio de 2016 realizado por la Royal Society concluía que poseen la inteligencia de un niño de tres años. Otro trabajo publicado por Science en 2020 determinaba que tienen conciencia de sí mismos.

Es tal su capacidad de aprendizaje que la startup sueca Corvid Cleaning, ese es el anglicismo por el cual se conoce a las empresas que están comenzando su andadura, está adiestrando a cuervos con la pretensión de que recojan las colillas de los cigarrillos que se tiran a la calle. Para ello están usando un sistema de recompensa en especímenes salvajes de esta especie. A cambio de comida, recogen esos desperdicios y los dejan en una máquina. Esta se encarga de dispensarles el alimento.

Se trata de un proyecto que pretenden ponerlo en marcha esta primavera. La localidad escogida para tal propósito es Södertälje, situada a 35,7 kilómetros de la capital del país, Estocolmo. Pero para ello necesitan de dos factores. El primero es encontrar el lugar indicado para que funcione el dispensador. El segundo es la financiación. Por lo tanto, el proyecto piloto dependería de ello, según explicó al canal TT el Director de Residuos del municipio, Tomas Thernström. 

El fundador de la compañía, Christian Günther-Hanssen, detallaba a la misma cadena que, dependiendo de los cuervos que participaran, el municipio podría reducir hasta en un 75% los costes de limpieza. Indicaba que la recogida de una colilla cuesta entre 8 y 20 céntimos de euro. Con el sistema que proponen este se reduciría a unos 2 céntimos. Hay que tener en cuenta que, según la Keep Sweden Tidy Foundation, las colillas representan el 62% del total de la basura recogida en el país, tal y como recogía y explicaba The Local.

La elección de los cuervos se debería a la facilidad con la que se les puede enseñar. Además de la “mayor probabilidad” de que pasen los conocimientos adquiridos de unos a otros y de que habría un riesgo mínimo de que ingieran la basura por error. Serían pájaros que participarían “de forma voluntaria”, afirmó Günther-Hanssen. Añadía Thernström que “es un pensamiento interesante” el hecho de que se pueda enseñar a los cuervos a recoger las colillas, pero no a las personas a tirarlas.

Parque temático Puy du Fou

Una reflexión semejante hizo en 2018 Nicolas de Villiers, Presidente del parque temático francés Puy du Fou. Después de también enseñar a seis grajos, familiares de los cuervos, a recoger colillas y restos de basura, estos eran premiados con comida cuando los dejaban en unas cajitas. Las aves fueron mostradas al público y a estos se les pedía que no les tiraran nada para que no trabajaran de más. Si los pájaros pueden hacerlo, nosotros también, venía a decir Villiers.

Explicaba npn.org en esas fechas que la idea la había tenido uno de los halconeros. Este se llamaba Christophe Gaborit. Partiendo del espectáculo mediante el cual recogían rosas y se las llevaban a una “princesa” que estaba en un castillo, comenzó a enseñarles a coger las colillas y trozos de papel que dejaban en la cajita en la que estaba su recompensa. Los grajos trabajaban cuatro veces a la semana y desde el Parque se aseguraba que no reemplazaban a ninguna persona en su empleo.

Continuaba explicando el portal que el “experimento” era similar en sus principios a la máquina expendedora que en 2008 presentara Josh Klein. Este logró que los cuervos introdujeran un moneda en una máquina que les daba la comida. Su experimento lo dividió en cuatro pasos. En el primero les daba monedas y cacahuetes con la máquina,. Posteriormente solo les daba monedas. Frustrados, golpearían la máquina con estas hasta introducirlas en la ranura y recibir los cacahuetes.

Esto haría que asocien la introducción de las monedas con la obtención de los frutos secos. Finalmente no se les daba monedas, sino que se esparcían por el lugar. Ellos las ven y van a por ellas. Lo que harían sería una asociación mediante la cual cogen el dinero sabiendo que introduciéndolo por una ranura obtendrían la recompensa. En sus conclusiones Klein ya decía que podrían recoger basura e, incluso, debido a su capacidad de recordar rostros, ayudar en rescates.

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