HILOS SIN APEGO
Nacidos para morir,
nacidos para matar,
fueron de infancia carentes.
Sin los juegos naturales
que se le suelen suponer
al calor de esas edades.
Sin saber qué es el sufrir,
sin saber qué es el amar,
se les educó en el arte
de la guerra con su muerte.
Al calor de la barbarie
sin sentimientos de sangre.
No conocen la paz,
ni siquiera el odio,
sólo la necesidad de cumplir
las órdenes de los "alguien".
Les resulta algo natural
con la raíz en el instinto
impregnado en la luz de la noche.
En ello se basó las lecciones
recibidas en el tiempo
en el que no había la Luna.
Aunque se la viera
sólo era una ilusión,
por lo que no disponen de existir
más allá de directrices.
No nacen para morir,
no nacen para matar,
son sólo instrumentos
en las manos de otros
sin saber que lo son.
Son fríos igual que el metal
en las duras noches
del más cerrado invierno.
Son un triste silencio
que si pudo tener
voz llegó a ser callada.
No nacen para el sufrir,
no nacen para el amar.
Son simples numeros
en unos muñecos
que serán tirados.
Y sus hilos, y los hilos
que los manejaban
usados en otros seres.
Seres sin más lazos
que los que les atan
en una existencia
sin apego alguno.
Son fabricados en serie
por la más mezquina
costumbre vuelta tradición.
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