NARCISO
02/VIII/2020
Desde las cristalinas aguas de un lago
el fulgor de nuestro rostro se contempla
mientras se pueden observar
las plantas, los animales
que en su interior calmos sobreviven
sin que la belleza de Narciso
les embauque en su frenesí
carcelero hacia sí mismo.
Le ven hablar
sin comprender lo que se expone,
tampoco intuyen ese amor
por aquello que no le contesta
debido al profundo desconocimiento
a eso que susurra con su candor.
En ocasiones sienten el pesar de Eco,
el derramar hacia el lago de lágrimas
en virtud de la egolatría
de la fuerza de la imagen
donde los sentimientos no mienten
al ser llenos de lo vanidoso
de la hermosa belleza, vil
y embriagadora del egoísmo.
Es Aminias
quien siente el derramar de la sangre
después de aquel donativo
en forma de una grácil espada
que significaba todo aquel desprecio
hacia aquel que no veía como merecedor.
Pero no hay historia donde no triunfe el amor,
su reflejo fue fuente de una escultura
que después podría contemplar
de forma eterna, paciente
y sin poder conseguir tocarle
mientras crecía la más hermosa flor
a la sombra del éxtasis
debido al aprecio mutuo.
La condena
de conseguir admirar por siempre
lo que causó tanto dolor
mientras va creciendo la esperanza
en esas alas que siguen floreciendo
en el melodioso cantar del arrullo.
![]() |
imgur.com |
Comentarios
Publicar un comentario