HÉROES Y ANTI HÉROES

 06/III/2021


Las máscaras y disfraces,

eso útiles que son utilizados

por los súper héroes.

También los villanos

hacen uso de esas prendas.

Cada uno de ellos con mayor

o una menor pomposidad…

puede que con la pretensión

de ocultar y no dar a conocer

lo que hay bajo su verdadera identidad.


Pero… ¿cuál de ellas será

la verdadera? Parecen

mostrarnos dos personalidades distintas:

una podría ser anónima, 

aunque puede resultarnos conocida…

la otra parecería dársenos a conocer

con… ¿podríamos decir su alter ego?


Dos personalidades

que son requeridas

en situaciones antagónicas…


la claustrofobia de alguna

de ellas puede apoderarse

de la otra y, en consecuencia,

abonar ese retrato

mediante sombras reinantes


cayendo entre las fauces

de la temblorosa

ironía que lo convierte en presa.


Y podría resultar que

ese personaje ideal fuera forjado,

en las dos vertientes,

como el verdadero

credo, el que despacio fuera

poseyéndole hasta el punto

de apropiarse de la vida

que lleva tras ese telón…

icono que se va haciendo fuerte

mientras va devorando la otra realidad.


¿La frustración campará

con él parecido a un cáncer

que le va devorando por las entrañas

entre las esquinas de su alma

mientras, taciturno, mantiene una guerra

contra algo que ya no consigue comprender

y se va apoderando de él en un frío fuego?


¿Puede olvidar, entonces,

su personalidad

y lo que construyó y le devora?


Quizás entonces descubra

el significado de ser

un simple cuerdo entre los días

donde un perenne halo oscuro

siembra el imperar demente.


Un alma con las paredes

forjadas con risas

que van devorando las lágrimas.


Terminar convaleciente

mientras se encuentra postrado en aquel sillón

como acompañante

de barbitúricos

que ya siempre acompañarán

a un estimulante licor

con el que pretende olvidar

esa insufrible situación

en la que no alcanzará a esclarecer

qué fue lo que debía hacer ni su utilidad.


Es un vacío existencial

el que ya no le permite

discernir entre algún espejismo y lo real.

La nubosidad de su vista

junto a una débiles manos temblorosas

se convierten en el centro de un recipiente

colmo en lo que le resulta desconocido.


No distingue las noches

entre las mañanas

ni la ausencia de calor en estas.


Una entidad que está ahogada

desde el centro del desastre

creado por la inexistencia 

que vaga aferrándose a algo

que sea en realidad palpable.


Una lucha en las fauces

de la temblorosa

ironía que lo convierte en presa.

Imagen de archivo



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