UN FUEGO PERENNE
Le dijo que se sentara.
Le aguardaba un viejo sillón.
Y el fuego de la chimenea
justo delante de los dos.
Y comenzó su relato.
Este trataba de estrellas.
Y de planetas lejanos
olvidados por la historia.
Con cada palabra,
con cada una de sus frases,
estos salían del olvido
y se acurrucaban
con el calor proveniente
desde el primer universo.
"Más luz y más sombras,
cuanto más se sabe
hay menos certezas...
y el ego desciende
hacia los abismos
de su propia creación
mientras acompaña
todos los deberes
que se le olvidaran
por cada desplante
que fue cometido
en su recorrido".
Contemplaron el fuego.
Ambos lo rumiarían...
lo que había dicho uno
y el otro escuchara.
Se fue consumiendo lentamente...
El fuego ya no estaría presente,
pero se transformaría en perenne.
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