¿CREARÍA LA LUZ?
Nunca construí un monumento.
Ni una catedral. Ni siquiera
una banqueta que sirviera
con tal de apaciguar el cansancio
plantando encima mis posaderas.
Tengo mantas que dan calor
en tempestad. Una chimenea
prendiendo al abrir la ventana
que suele estar guardando mi interior.
Y algún dulce postre por su azúcar.
Y aunque pocas, tengo luces.
Las sombras son muchas
y los tornillos,
esos que me faltan,
son demasiados.
Los pasos que di,
que doy y daré
son pocos.
Podrían haber sido más,
pero son los que son.
Y nunca entendí
por qué los mares
son todos
en sí una gran masa
que es algo compacto.
Y si llego a escuchar voces...
que sean las mías propias
desde su fondo
escondido al alba
de sus misterios.
No di forma a ningún ejército,
no lo pretendí y que vuelva
a tener pelo si alguna vez
tuviera la tentación de hacerlo.
Tampoco creo en los llamados Santos.
Pero sí en lo que es la vida,
será por eso que no podré
y me opongo a crear un ejército.
¿Construiría la luz?
Si es que hacerlo pudiera...
¿Formaría la luz?
No sé cómo sería,
pero los tornillos que me faltan
me impedirían someter
a la oscuridad
en un proceso
que la transformara.
No sé cómo sería,
pero mi camino no señala
el poder acometer
esa locura
en un proceso
que la oscureciera.
No crearía la luz,
no soy ninguna deidad
ni me creo esa luz...
ya habrá otros que la quieran...
y hasta serlo pretendan.
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