El "hot bedding" o el alquilar un lado de la cama
Monique Jeremiah puede llegar a ganar 7.000 dólares anuales con esta práctica
sleepopolis.com
¿Arrendarían ustedes un lado de su cama si su situación económica apremiara? Pues aunque no lo crean, se trata de un nuevo concepto de alquiler y que responde al anglicismo de "hot bedding". Comenzó a ser analizado poco antes de la pandemia surgida por el CoVid y, según un estudio de la University of Technology de Sydney (UTS), Australia, "son miles los estudiantes internacionales que hacen uso" de ello. En concreto, tal y como informaba 'El Huffpost' este septiembre, de los 7.000 encuestados, más de 200 las alquilaban "sólo para unas horas".
En sí, conlleva compartir la cama de forma rotatoria con un extraño. Es decir, no habría contacto con el otro. Respecto a esta tendencia, 'La Razón' explicaba que se había vuelto "especialmente popular" en áreas urbanas. Sobre todo en aquellas cuyo espacio es escaso y, por consiguiente, el costo de la vivienda alto. Por lo tanto, sería una "solución aparente" entre "las personas que viven en espacios reducidos y desean ahorrar dinero". Y como podrían llegar a imaginar, hay tanto voces partidarias como críticas hacia ello. Es más, ese medio añadía que "algunas ciudades ya han implementado regulaciones que abordan la higiene y la seguridad en estos arreglos de vivienda compartida". La privacidad también está en el centro del debate.
Pero además, y visto desde la perspectiva más extrema del mercado que se ha generado, está el aspecto de "dormir junto a otra persona de forma respetuosa y sin ataduras". Esto conlleva que los dos respeten el espacio, los valores y limites de cada uno. Así lo describía la australiana Monique Jeremiah a 'Caters News', recalcando que el contacto físico era "cero". ¿Pero cuál es su porqué en esta decisión? Porque, según detalló el 'New York Post', durante la pandemia su "próspero negocio de agencia de educación internacional y alojamiento para estudiantes colapsó de la noche a la mañana".
¿Dormir en compañía mientras se gana dinero?
Incluso, esta joven de 36 años y residente en Queensland, llegó a usar a su ex pareja de conejillo de indias. Anteriormente estuvieron saliendo dos años juntos. Por lo que reflejó 'Daily Mail', le habría preguntado si querría que sobrevivieran juntos al CoVid. Su sorpresa fue mayúscula cuando este le contestó de forma afirmativa. Después de esto llegó a alquilarle en otras dos ocasiones esa parte de la cama. "Pronto volverá a dormir conmigo", indicó. Asimismo, se cuestionaba que "¿por qué dormir solo cuando puedes dormir con un compañero, con alguien con la misma disciplina y empuje, a la par que ganas dinero mientras duermes?".
Todo esto le llevó a crear su propia empresa, 'Diversity Models'. Se trata de una agencia de modelos. En ella hay mujeres maduras que ofrecen dormir junto a otras gentes sin tener contacto sexual. En su opinión, y de esta forma, sus clientes pueden desconectar emocionalmente y "dormir junto a otra persona de una manera completamente respetuosa y sin ataduras". También explicó a 'Caters News' que "es la situación perfecta" en aquellos que, como ella, prefieren el compañerismo sobre lo físico.
“Ser emprendedor es un viaje solitario cuando se construye una empresa”, reflexionó. En aquellas fechas alquilaba su habitación por 95 euros a la semana y unos 400 al mes. Simplemente era cuestión de llegar a un acuerdo. Además, durante esos días de septiembre estaba pensando en incrementar el precio debido a la demanda. Se trataba de una forma con la que complementar sus ingresos. Y esto le puede llegar a suponer un beneficio extra de 7.000 dólares anuales.
Pero desde 'Mirror' alertaban que la 'Asociación de Inversores Inmobiliarios de Auckland' advertía sobre la posible ilegalidad de la práctica. Respecto a esta, cada vez más en boga en Australia y Nueva Zelanda, la entidad esgrimía que "la Ley de Arrendamientos Residenciales no dice nada sobre el número máximo de personas que pueden ocupar una propiedad de alquiler". Además, señalaba que el "hot bedding" podría estar vulnerando las normas de seguridad y contra los incendios, sobre todo en los complejos de apartamentos.
¿Podría llegar esta práctica a estos lares?
A esto hay que sumarle otro problema. De acuerdo al estudio de la UTS citado al principio de estas líneas, "el 14% de estos estudiantes 'hot-bedders' dijeron que su empleador los había amenazado con cancelarles el visado" recogía 'El Confidencial' en septiembre. Además, muchos de aquellos que recurren a este sistema "tienen dificultades financieras y se encuentran en una situación vulnerable". Todo por no poder acceder al coste de una habitación.
Esta situacion, que por aquí nos puede parecer surrealista, podría popularizarse a nivel estatal, señalaba el mismo mes 'OK Diario'. Ello partiendo de una nota de prensa de 'Milanuncios" en la que se indicaba que, en Madrid, el precio de la habitacion a estudiantes se había "disparado" un 79%. Es más, 'El Idealista' publicó, también en esos días, el anuncio de una mujer que alquilaba su cama en el distrito de Usera de la capital española.
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