LA PARED

Tiraron la pared. 

A golpes, patadas 

y lo que encontraron

como un utensilio

que servir pudiera.

Tiraron la pared.


De las cuatro que había

tres quedaron en pie.

Y desde la otra el frío

fue invadiendo todo.

Tiraron la pared 

y entró la guadaña.


Se asomó despacio,

tranquila y sin prisas,

pero fue cegando 

a los que allí estaban 

al tirar la pared.


También les saludó.

Mostró su sonrisa.

Les dejó atónitos

mientras les miraba

tras caerse la pared.


"Hola", les saludaba.

Y cargó el ambiente

con su fino filo

mostrando un abrazo 

tras dejar la pared

detrás de su espalda. 


"Mirad la pared,

su rota esperanza

por estos: mis deseos".

A saludar volvió.

"No existe la piedad

al tirar la pared".


Extendió su filo.

"Sólo un momento más",

y toda la estancia 

cayó en el olvido.


La pared guardaba

su historia, el lamento 

que fue arrinconado 

en su derrumbarse. 

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