UNA CERVEZA MÁS...
Me da por sentarme
en la terraza de un bar;
tal vez sea alguno conocido
u otro en el que no estuve antes.
Pero me siento,
y miro alrededor.
La gente conversa,
pero no les presto atención.
Cada cual está con su tema,
y desde mi opinión,
desde mi punto de vista,
es algo que no me interesa.
Me acerco a la barra.
Se me acerca el camarero
y le pido una cerveza.
Después de un momento
ya sujeto la botella
y algo con lo que picotear.
Regreso a sentarme.
Disfruto de la brisa
y saboreo el primer trago.
Y algo del picoteo también.
Ya me relajo,
siento que me evado.
Había cogido el periódico
con tal de leer sus páginas.
Pero lo dejo sobre la mesa
después de ojearlo un poco
y me da por sacar el móvil.
Cuánta comodidad
el tener todo alcance de la mano...
Lástima que nos acostumbre
a tirar por lo más fácil.
Me pregunto sobre el listado
que tengo sobre certezas;
y resulta que es minúscula.
La de dar por seguro
es en sí todavía más fragil,
casi sin páginas...
Y es que todo eso de saberlo todo...
el saber nada nos supone...
¡Qué contrariedad más grácil!
Enciendo un cigarrillo...
Entonces leo las páginas
del periódico, pero únicamente un instante.
El momento justo
con tal de encender
un cigarrillo
y volver a mirar
lo que sucede a mi alrededor.
Y sonrío...
¡Vaya si sonrío!
Una pareja
se muestra acaramelada...
Tal vez sea por el calor
del verano o es que están
disfrutándose
como si fueran
un dulce postre
el uno para el otro.
Y sonrío...
¡Vaya si sonrío!
Una chorrada
hace saltar mil carcajadas...
Sonríen todos los mundos,
también los que no están
sumergiéndose
en esa charla
que forma parte
de un diminuto grupo.
Apagó el cigarrillo...
y saboreo la cerveza.
Me reclino un poco y me relajo nuevamente.
El último trago
y hora de ponerse
en movimiento.
La calle espera,
me dirijo hacia otro destino.
Un cambio de aires,
tal vez es hora de dejar todo atrás.
Otros paisajes
en el que los reyes no abdiquen,
sino que no existan
por el derecho de una sangre
que todos tenemos.
Sobreviviré
a ese trato de alguna cerveza más.
Al retirarme
en el frescor de algún paisaje.
Y si a la resaca
le daría por estar presente...
¡la combatiremos!
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