CINCELES

"Y sin embargo..."

a esa expresión se la escucha tantas veces

que ya se tiene asumido 

el lado oscuro que le sigue 

sin que apenas se le preste atención.


"Y sin embargo..."

no existen las víctimas colaterales

por mucho que los discursos

tengan la costumbre de ofrecer

que los caídos son de los dos bandos. 


"Y sin embargo..."

vivir en una burbuja nos ofrecen

mientras somos acusados 

de hacerlo en una diferente 

que no permite ver a lo lejos.


"Y sin embargo..."

nos van derrumbando cada puente

como ya hicieran antaño

en cada una de las edades 

que conforman los antepasados.


"Y sin embargo..."

si no vamos en la dirección que quieren 

nos habremos desbandado 

de unas gráciles directrices

que van a lo que ha de ser correcto.


¡Ay, Señor! Menudos tiempos los que corren

en los que con el humor hay que tener cuidado

y en las calles se ejerce la censura

sin que aquellos que la practican

apenas sepan que lo están haciendo.


¡Ay, Señor! Menudos tiempos los que corren

en los que lo tan políticamente correcto 

está acompañado de las calumnias

como si fuera algo natural 

después de haber sido normalizado. 


¡Ay, Señor! Menudos tiempos los que corren

en los que prosiguen vigentes los privilegios

que daría la sangre o el estatus social

como si toda la Pernada

jamás hubiera desaparecido. 


Y soñar... 

hasta ese mismo acto 

parece vivir un montaje

por el cual se pretendería

que se dejará de hacerlo

en plena lobotomía...


Y soñar... 

quedará prohibido

con el arte de los cinceles

que ligeros los moldearían 

hasta tener el aspecto

que se les pretendería.


En el fondo,

se resumiría

de este modo:

Imagen de archivo





 

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