Brutal respuesta de un hostelero a un reseña negativa

Todo apunta a que el cliente pretendió consumir cuando el local estaba cerrado

desmotivaciones.es

Antes de nada, aquellos que trabajen o hayan desempeñado su labor profesional en hostelería habrán sufrido a algún cliente señalándoles que están ahí para servirles. Que tienen que hacer lo que digan porque ellos pagan. O han exigido consumir algo notando que el local estaba cerrando e incluso observando que ya está bajada la persiana.

Imagínense, entonces, lo que ello puede conllevar en el estado anímico del "currante". Si muchas veces las exigencias resultan ser variopintas y en otras tantas el trato puede llegar a ser, por decirlo finalmente, nada cordial, sumen todo ello al momento de poder ir a casa después de dar por finalizada la jornada.

¿Qué harian si les exigieran de malas maneras el poder cenar, o tomar algo, incluso con "la reja puesta"? Posiblemente no les sentaría nada bien. Y menos aún al comprobar que, posteriormente, les han escrito una reseña en la que se indica que esa misma situación había sido "para denunciarlos".

Esto mismo, a tenor de lo que se contempla en las citadas reseñas, le habría sucedido al propietario del "Bar Bocateria Darío". Ubicado en la tarraconense localidad de Deltebre, el usuario Julian Noguerado Cantabrana expresaba su rechazo a lo que consideraba un pésimo trato, incluso violento.

Escaparate del local (internet)

Aseguraba el protagonista de la critica que se trataba de un sitio muy desagradable y sin educación. En su opinión, lo "peor" de lugar había sido el propio propietario del establecimiento. Remataba su argumento expresando que no volvería "ni tan siquiera" a acercarse "por si acaso ocurriese algo más grave".

Esto, teniendo en consideración su respuesta, no le sentó nada bien al propietario. Además de plasmar su impresión, volcó esta en su perfil de "Twitter" y mencionó la cuenta de "Soy Camarero" con tal de hacérselo llegar. Este último la "retuiteó". "Cadena Ser" se hizo eco de ello este día 23.

Cabe señalar que en vista de las fotografías publicadas en internet parece un local pequeño, acogedor y con una terraza en la cual los clientes pueden disfrutar de diferentes bocadillos, platos combinados, navajas o pernil de cerdo. Esto de 06:00 de la mañana hasta las 18:00 de la tarde prolongándose una hora más los sabados. Es el domingo el día de descanso semanal.

Darío González, así se llama el propietario, contestó a Julián en la jornada del 22 de este mes, tres días después de que la reseña fuera redactada. Lo primero que señala es que no se le atendió porque el local estaba cerrado, algo que le fue comunicado "educadamente" en dos ocasiones. Pero "no quiso entenderlo" y prosiguió "haciendo preguntas".

Continuaba argumentado que "violento es entrar en un negocio fuera de horario, sin respeto alguno, y también decirle que viendo las reseñas suyas ya se puede ver que tipo de persona es" (sic). Proseguía diciendo que si quería respeto que respetase. Además de admitir que servicio no le hicieron "ninguno".

Asegurando que "la esclavitud terminó hace mucho", señalaba que el susodicho "debería saber que hay unos horarios". Además de recalcarle que "denunciable debería ser" que personas como él "no tengan respeto por la hostelería". Asimismo, le agradecía que no volviera.

Oferta del negocio (internet)

Pero no acababa, o comenzaba, ahí la cosa. Y es que arrancaba su "tuit" esgrimiendo que "hay mucho sinvergüenza". Previamente a esto, lamentaba que haya "algunas personas creen que la hostelería no merece respeto ni que tenga horarios, además la reseña negativa..." (sic). Se trata de una triste nota de un local en el que los escasos comentarios eran favorables.

Un rápido vistazo a las habidos de estos en "Google" muestran que el lugar sería agradable, que hay calidad en la comida al compararla con el precio y alaban la profesionalidad del sueño. Pero al momento de plasmar estas líneas únicamente se podían localizar 8 y la que fue el detonante de la reacción de Darío había desaparecido.

Destacable era la de Xela García, que saliendo en defensa del local expresaba que "si vas a un bar y estan cerrando la única pregunta que se admite es por el horario de apertura del día siguiente". Por su parte, BlackMamba aseguraba en "Twitter" que estas reseñas habría que empezar a denunciarlas. "La gente se siente con el poder, desde el anonimato de una pantalla, de joder con el trabajo de los demás por puro capricho", afirmaba.

Como ya ha sido comentado, la que detonó esta "bomba de relojería" había desaparecido. En su lugar había otra publicada ayer martes y en estos momentos tampoco está disponible; únicamente expresaba: "Darío, Darío...". Incluso en "Twitter" se aseguraba que esta persona disponía de perfil en "Facebook". Algunas de las indicaciones que en este se plasman coinciden con las ofrecidas en "Google".

Por lo tanto, hemos intentado averiguar si era él realmente y en caso de ser así que nos diera su versión de lo sucedido. Pero no ha habido respuesta. Sobre todo sería estimable saber quién ha eliminado las dos reseñas, si el protagonista de ellas o Darío, el propietario del nombrado negocio hostelero. Además de que se dieran más detalles de lo ocurrido.

La última reseña publicada ayer y la cual ha sido eliminada (internet)













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