LA MÁQUINA DE ESCRIBIR

Era una máquina de escribir entrada en años.

De las que en mano en mano terminan

al ser de la misma casa en las edades.


En sus teclas todos los corazones guardados

que alguna vez llegaron a usarla.

Por cada vez que dibujaran paisajes.


Con la silueta gastada,

confería mucho más que calor y color.


Otorgaba vida

sin ser las semillas algo necesario,

pues era sencillo recipiente

en la que esta tendía a germinarse.


Otorgaba gracia 

sin tener que realizar algún esfuerzo,

pues no solicitaba de la Fe 

con tal de que sus glorias forma cobrasen.


En el fondo era atemporal, 

tal y como son los más puros recuerdos. 




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