GUARDABA TANTAS COSAS...
Tenía dos pares de corazones.
Uno guardaba el pasado.
El otro, las noches y mañanas.
Tenía dos pares de sensaciones:
las de guardar lo vivido
y las que tendría que experimentar.
Guardaba varios abrigos que protegían
de los fríos habidos en verano.
Y abanicos que le daban frescor
cuando los inviernos flameaban en sus días.
Disponía de varias fuentes.
De estas salían aguas cristalinas
aunque resultaran estar secas.
Provenían de un pozo que no tenía fondo.
Y también guardaba luces.
Era por si alguien las apagaba
en su busqueda de la oscuridad.
No fuera a ser que todos fueran cegados.

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