CUANDO QUIEREN CALLAR EL INTELECTO

Pretenden callar el intelecto.

Convertir el silencio en un arma

que vaya tapando sus errores;

incluso a sabiendas que su razón 

está mucho más que equivocada.

Anhelan callar el intelecto.

Convertirlo en arma arrojadiza

evitando las confrontaciones;

incluso a sabiendas que su razón

de un fino hilo se queda sujeta.

Pretenden imponer el silencio.

Y poder seguir como si nada:

omitiendo, como si nada pasase. 

Incluso si hay que crear una historia

que con sus intereses les case

la cantarán, pase lo que pase,

con tal de que perdure su gloria.

Incluso volverán las viejas edades

a ser una mañana pasada

en la que no transcurren los tiempos.

Unos tiempos en los que su creada razón

pretendía ser esa que reinase

a costa de cualquier contraparte

que tuviera la osadía de negárselo.

Incluso sacarán fantasmas pasados

volviéndolos otra vez recientes

cuando dejaron de ser presente

con tal de poder sacarle beneficio.

Pretenden que se reintegre el censor.

Y poder seguir como si nada:

como si de un arma de paz se tratase.

Ello con tal de tener la historia

en los armarios de sus poderes

que disfrutaron en tantas veces

debido a que su voz sería impuesta.

Pero no les digas lo que en verdad hacen:

lo negarán con la farándula 

que siempre les guiaría en el camino.

Pretenden dirigir el destino.

Incluso callando las palabras

que puedan describir sus errores;

por lo que pretenden el silencio

con tal de mantener categoría.

Pretenden dirigir el silencio

al ser este una norma no escrita

que arraigue con fuerza en cada psique.

Pretenden idear a los callados

siendo números desde la armonía.

Sueñan, pretenden, anhelan

dirigir hasta el futuro

en el que han de vivir,

en el que han de sentir,

los que son los señalados

por seguir su propia ruta;

la cual, por cierto, es ajena,

y de un percibir contrario,

a los que van rugiendo así.

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