Rememorando el "Rock in Rio" de Iron Maiden
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Iron Maiden (X) |
20/X/2020
Poco le faltaría a esta cabellera en su camino a comenzar hacia la traslucidez cuando, allá por mayo del 2000, la británica 'Dama de Hierro' forjó un épico tridente a las seis cuerdas que sigue vigente hasta nuestros días. El regreso de Adrian Smith supondría el aliciente de una fuerza sin parangón en esa maquinaria comandada por el bajista Steve Harris y que quedaría registrado en el directo publicado en 2002 y al que bautizaron con el título de "Rock in Rio".
En este concierto, en el cual se recrearon durante casi dos horas (112 minutos para ser más exactos) ante 250.000 personas, no solo se puede comprobar la energía de Smith junto a los otros dos guitarristas de la banda (Dave Murray y Janick Gers, quien sustituyera al citado en su marcha de 1990). También la exuberante personalidad de Nicko McBrain tras la batería y la inconfundible maestría en ese bajo que maneja el anteriormente nombrado Harris.
Grabado el 19 de enero de 2001, el "bolo" nos regala el agradable y reconfortante estado de voz de Bruce Dickinson. El además piloto de aviación y esgrimista regresaba a la banda tras estar ausente tras dedicarse, al igual que Smith, a proyectos individuales. Por lo visto en "Brave New World" (2000) lo hacía en unas excelentes condiciones vocales, algo que demuestra sobradamente en la actuación junto a la increíble forma física que le caracteriza.
A lo largo de esas casi dos horas, el ahora sexteto fue desgranando canciones de su larga trayectoria a través de 18 temas interpretados de una forma majestuosa. De hecho, el álbum en vivo supondría la guinda al pastel de lo que sería su duodécimo (12) trabajo en estudio. Una puntilla, por lo tanto, fue este sexto directo en el que se puede percibir la forma en que el cuerpo de la voz de Dickinson va adquiriendo forma hasta lograr su tono familiar después de comenzar con una tesitura carraspeante y lijosa.
18 creaciones que están centradas en el que había sido, hasta ese momento, su último trabajo y del que interpretan nada menos que seis de esas canciones. Asimismo, se "atrevían" con dos composiciones de la época en la que Blaze Bayley se encargó de la difícil tarea de reemplazar a Dickinson entre 1994 y 1999; estos fueron "Sign of the Cross" (The X Factor, 1995) y "The Clansman" (Virtual XI, 1998).
Incluso hubo lugar hacia clásicos de los tiempos comandados por Paul Di'Anno como fueron "Wrathchild" (Killers, 1981) y "Sanctuary", el corte incluido en la versión estadounidense de su primer disco ("Iron Maiden", 1980). Para rematar, súmenle el apoteósico final con "Run to the Hill", ese inconfundible himno que ya fuera grabado con Bruce Dickinson a la labores vocales en lo que fue su primera participación con la "Doncella": "The Number of the Beast" (1982); este sería el tercero del combo y el definitivo despegar de su leyenda.
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