EL PLACER DE DIVAGAR

Tirado en la Nada,

o en el Todo, tal vez,

como si nada fuera con él,

decidió descansar

con tal de relajarse.

Evadió su mente,

y con ella su cuerpo,

a lugares insospechables

de su imaginación.

Y sería un instante,

o tal vez algún otro,

lo que pasara meditante

evadido del mundo.

Entonces viajaría

a los continentes

que hubieran estado presentes

desde que la historia 

anhelara escribirse. 

Y a los que llegarán, 

más tarde o más temprano,

en su despertar. 

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