Una historia Americana X

26/II/2021

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Probablemente recuerden la historia de Derek Vinyard, el joven de Los Ángeles (Estados Unidos de América) cuya vida ocupó las primeras planas de los medios de comunicación allá por 1998. Esto se debió a consecuencia de que su hermano pequeño, Daniel, falleciera a manos de unos compañeros de instituto en los baños de este. Otra cruel y fría historia a la que tristemente estamos acostumbrados y que nos ofrecen en bandeja los emporios informativos, pudieron ustedes llegar a pensar en un principio.

Pero esta primera impresión, o deducción, quedó bastante alejada de la realidad a medida que se iba dando a conocer el contexto que había detrás de todo ello. En el momento que sucedió la tragedia, Derek acababa de salir de prisión tras una condena de prisión de tres años después de ser condenado por homicidio en segundo grado. La víctima fue una persona a la que habría sorprendido, supuestamente, rondando en los alrededores de su domicilio y su vehículo, por lo que según la sentencia lo hecho fue en defensa propia.

Hasta aquí la versión oficial de los hechos, la cual era la que se conocía en la zona donde residían los Vinyard. Pero parece ser que no era todo oro lo que relucía. En su adolescencia, los Vinyard sufrieron la pérdida de su progenitor, bombero de profesión. Un verdadero patriota que en la intimidad cargaba contra las minorías étnicas que se habrían de aprovechar de las ventajas del sistema frente a aquellos que, como verdaderos americanos, deberían ser los beneficiarios y destinatarios de las ayudas sociales y gubernamentales que les robarían. Imágenes de archivo de la televisión local muestran esta misma actitud en el propio Derek cuando arremete contra ellos delante de las cámaras después del trágico final de su padre.

Tras esto, Derek, el mayor de cuatro hermanos, tenían otras dos hermanas más, se involucró activamente en el círculo neonazi de la zona, un grupo comandado por un individuo llamado Cameron Alexander, quien ejercería de figura paterna en el chaval y después de educarle haría que se convirtiera en el líder de los neo nacionalsocialistas de la zona. Su estrategia era buscar una confrontación abierta con el resto de bandas del lugar con la que pretenderían apoderarse de la zona en una guerra por el territorio. La victima a la que asesinó, más tarde se vería que fue a sangre fría, era miembro de un grupo afroamericano al que recientemente habían expulsado de la zona después de que perdieran una partida de baloncesto en la cual se estaban jugando la cancha de juego y, por consiguiente, su presencia en los alrededores.

Lo que se fue descubriendo poco a poco es que el joven Daniel fue testigo del asesinato y no lo declaró con la intención de proteger a su hermano, quien por ese motivo habría sido condenado por homicidio en primer grado. Es más, él mismo sería el encargado de avisarle de lo que estaba pasando tras percatarse de que la cuadrilla estaba rondando en los alrededores de su residencia. Lo que el joven habría callado sería la manera en que su hermano arremetió contra ellos de una forma brutal disparándoles a bocajarro y la manera en que agarró a su víctima y la arrastró por el suelo hasta obligarla a poner su boca abierta sobre el bordillo de la acera. Acto seguido habría descargado toda su furia sobre él mediante una fuerte patada sobre su testa que le habría partido la mandíbula y producido el consecuente fallecimiento.

Desde ese momento, durante los tres años que pasó preso, la vida en los Vinyard pareció transcurrir en dos universos distintos que tuvo a Cameron Alexander y al profesor Bob Sweeney, el director del instituto al que asistieron los dos hermanos, como ejes de dos mundos que luchaban entre ellos desde lejos; el primero con la pretensión de dirigir su vida, sobre todo la de Daniel, y el segundo de guía que pretendía, primero, abrir los ajos al mayor de ellos y, posteriormente, al pequeño. Todo ello mientras Doris, la madre de la familia, luchaba por sacar adelante a todos a la vez que su delicada situación económica les obligaba a cambiar de domicilio.

A la vez que Derek estaba en prisión, Daniel intentó emularle introduciéndose en el mismo círculo en el que este había estado con el propósito de que se sintiera orgulloso de él en el momento que saliera de prisión. Es por ello que, poco antes de su fallecimiento, realizara un trabajo escolar que podría haber sido calificado de excelente si no hubiera en él ensalzado la figura de Adolf Hitler como líder, dirigente y mesías. Ello lo realizó en la asignatura de un profesor de origen judío. Por ello el maestro pide su expulsión, ya que además le considera un joven conflictivo. Sweeney se niega y le pide al adolescente que realice otro trabajo. Este estaría centrado en la visión que él tuvo sobre el arresto de su hermano y todo lo que lo rodeó.

Es en ese instante en el que Derek sale de prisión con un pensamiento y actitudes radicalmente diferentes a las que ingresó. Reniega de todo lo que antes había alabado y renuncia de sus antiguas amistades y de la que era su pareja, incluso en una fiesta le planta cara a Alexander y se lleva a su hermano con él. Este le tachará de traidor, por lo que decidió relatarle su historia entre rejas. En un principio se unió a sus camaradas con el propósito de sobrevivir, pero a medida que pasaba el tiempo comprobó que estos faltaban a sus postulados “trapicheando” con otras “razas”, además de relacionarse con otras bandas. Ante esto, les daría la espalda. Por este motivo fue brutalmente violado en una muestra de poderío y control por parte de su líder. Entonces comenzó su etapa solitaria, la cual aprovechó para leer y el la que contó con el apoyo de Sweeny y Lamont, su compañero afroamericano en el trabajo de la lavandería. Él, de forma silenciosa, fue el que hizo que los demás nazis no le atacaran y le dejaran tranquilo el resto de bandas. Él fue el que le protegió, además de entablar una amistad.

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Tras escuchar el relato, Daniel decidió también dejar el grupo y centrar su trabajo, ahora ya completo con todos los puntos de vista, en la resurrección y expiación de su hermano. Pero, al igual que en una trágica carambola del destino, encontraría la muerte a manos de varios miembros de una banda rival justo cuando había decidido abandonarlo todo. Con ellos mismos había tenido un altercado en los baños del instituto en el que falleció por haber defendido a otro joven blanco frente a los afroamericanos que lo estaban acosando. Todo esto se dio cuando Derek había decidido, después de mostrarse reticente, a colaborar con la policía a petición de Sweeney con el propósito de acabar con Alexander y todo lo que le rodeaba. Derek ansiaba dejar de lado toda su vida pasada para poder continuar mirando hacia delante. Odio engendra odio.

Esto sería, a modo de resumen, lo que en su momento se supo sobre lo que rodeó todo. Lo siguiente fue el intento por parte de Sweeney de intentar mantener viva la memoria de Daniel. Con tal propósito realizó una compilación de los trabajos escolares de Daniel que, a modo de epílogo, recogía ese último, el cual se centraba en el rechazo al odio que había regido su vida, la de su familia y el cual presidía el mundo de su alrededor. Una evolución que quedó plasmada en un libro cuyos beneficios fueron destinados a apoyar económicamente a Davina y su hermana, una bebe cuando todo ocurrió, ya que Derek se negó a recibir dinero por ello y Doris se quitó la vida tres meses después de lo sucedido ante la incapacidad de superar todo el sufrimiento.

23 años después las jóvenes viven en un completo anonimato y, por lo poco que se sabe de ellas, parecen llevar una vida tranquila dedicada a trabajar y a colaborar con la Asociación que se creó en honor a Doris y Daniel, la Vinyard Asociation for Love And Peace (VALP), la cual lucha por la fraternidad y erradicación del odio racial y social en Los Ángeles. Por su parte, Derek es la cabeza visible de la Asociación y contrajo matrimonio con Valerie, una persona transgénero descendiente de migrantes polacos judíos con la que tiene adoptado un niño de origen africano con albinismo y que fue contagiado con el VIH en el momento de nacer.