¿Cómo la cerveza actúa en la vida social?

El 04 de agosto fue el Día Internacional de la Cerveza. Con estas líneas pretendemos realizar un homenaje al refrigerio

leonoticias.com

18/XII/2020

Son múltiples los beneficios que tiene la cerveza para nuestro organismo. Se trata de una bebida que, en caso de gustar de ella, ofrece unos agradables y placenteros matices en sus diferentes sabores; amargos ellos gracias a la fermentación de los granos de la cebada u otros productos como el trigo. Ocupa la primera posición entre las bebidas alcohólicas más consumidas del mundo y es la quinta después del agua, el té, el café y el zumo de naranja. Su contenido es rico en vitaminas, ácido fólico y antioxidantes por lo que, según apuntan diversos estudios, su consumo moderado tiene beneficios cardiovasculares, ayuda en la salud ósea y en la prevención de la obesidad.

Imbuida en la leyenda de que empuja al sobrepeso, lo cierto es que, integrada en una dieta equilibrada, es un buen apoyo hacia el organismo a que se conserve en buen estado. Su fama radica en su gas, el anhídrido carbónico, el cual necesita de un buen apoyo con la intención de que no se propague por nuestro aparato digestivo y origine los temidos gases, además de hincharse este primero por su presencia. La forma correcta de evitar esto es el buen tirar del líquido. Haciéndolo en dos tiempos, suavemente e inclinando el vaso unos 45 grados, se conseguirá que la espuma adquiera una textura compacta y esponjosa que hará que no se pierda la fuerza del gas o se sobreacumule en nuestro organismo.

Si usa un cañero no vierta la primera parte, deshágase de los restos del uso anterior. Deje el vaso a unos 20 centímetros y suba poco a poco hasta llegar a dejar libre un margen de unos tres dedos hasta el borde del recipiente (si se trata de un vaso sidrero) y cierre el grifo. Déjelo reposar y vierta espuma, que colme el vaso. Allánelo con la espátula, tire un poco mas de espuma y vuelva a pasar esa herramienta. Tiene ya una cerveza que sería perfecta según los cánones, aunque haya realizado un movimiento de más.

Pero, como casi todo, cada persona la consume según sus gustos: en botella, sin espuma, eliminando el gas, en vaso de tubo en vez de uno ancho,… Si consume cerveza de botella en vaso hágalo también en dos tiempos, con la inclinación anteriormente señalada y que se deslice con mimo por el cristal. Ponga el recipiente en vertical con tal de que el contenido repose. Después vierta el resto del contenido volviendo a inclinar el vaso. Disfrutará de una cerveza que no habrá de perder ningún matiz y, además, evitará los efectos secundarios del carbónico. Puede hacer la prueba. Compare una servida de esta forma con otra presentada con una sola tirada. Notará la diferencia.

El deseo de otra más

Imagen de archivo

Se trata de un refrigerio perfecto con el que acompañar las reuniones sociales que también se puede disfrutar sin compañía. Unos frutos secos o unas olivas harán todavía más placentero el momento. Siempre con un consumo moderado y responsable, puede resultar una experiencia extásica que invita a tomar la siguiente con sumo agrado. Eso es lo que ha explicado el último estudio realizado por el Instituto Nacional de Bebedores Cerveceros (INBC). Según las conclusiones extraídas tras una encuesta realizada a más de 5.000 voluntarios a nivel estatal, la cerveza empuja, irremediablemente, al consumo de otra mediante unas energías renovadas gracias a la ingesta de la primera.

Aunque señala que se trata de unos resultados subjetivos basados en las percepciones de los consumidores y que no tienen una base científica propiamente dicha, el INBC indica que el “subidón de fuerza” que se siente tras la primera cerveza consumida conlleva una apertura en la desinhibición de los individuos, por lo que la interacción entre los participantes se ve reforzada y palía el freno que les supone a las personas introvertidas en los primeros instantes de los encuentros. A partir de la segunda consumición el individuo consigue abrir sus capacidades intelectuales logrando que afloren profundas tesis filosóficas o tratados que podrían solucionar diferentes conflictos laborales, vecinales o mundiales.

La tercera es el componente que cimenta las relaciones personales y crea las raíces de confraternizaciones que se arraigarían a lo largo de toda una vida. La cuarta supone el interludio donde el éxtasis del momento protagoniza el buen saber estar y posiciones de aquellos que la disfrutan. A partir de la quinta ya se atisba el peligro de un día después más que doloroso por sus efectos secundarios y en los que pueden comenzar a aflorar las frustraciones de los individuos y su lado más oscuro. Aunque esto último no tiene que llegar a pasar, desde el INBC señalan que, a pesar de todo, su consumo debe ser responsable y dentro de la moderación, además de recordarnos que cada persona, al igual que con otras bebidas alcohólicas, reacciona de forma distinta, por lo que, aunque existan diferentes patrones de comportamiento, cada uno de los individuos estamos condicionados por nuestras diferentes circunstancias.



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