UN BANCO VERDE
Cuatro patas tiene,
tiene cuatro patas ese banco.
Una de ellas está coja
desde hace tiempo atrás.
Su color es verde,
verde en lo natural del esplendor…
verde en la naturaleza
que tan fuerte brilla.
Y ve el pasar del tiempo
ahí quieto mientras
es lugar de descanso.
Y piensa; ese banco piensa…
¿Qué piensa ese banco?
Él medita sobre el Tiempo;
en el poder que sobre nosotros tiene,
en esas enseñanzas que imparte.
Dulce será su cavilar…
¿Eso puede serlo?
Depende de cómo verlo…
Pues para él será un ejercicio importante
que puede que le ayude a comprender.
¿Y qué busca comprender
el verde banco
desde su largo viaje?
Algo muy sencillo.
Tan sencillo... y complicado a la vez.
La razón de su existencia,
el lugar hacia dónde irá,
de las dudas sus motivos…
Lo que el Ser Humano
ha hecho siempre
y que parece haber olvidado.
Es un laberinto…
El Laberinto que nos hizo ser
lo que en verdad somos ahora…
a pesar de nuestro olvidar
al acto filosófico
como ese cimiento
que construye
cada comodidad que hemos creado.
Podría ser el reflejo
al cual dirigir
nuestra vibrante atención.
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