Encuentran un Júpiter caliente con un año de 16 horas

Además de ser el gigante gaseoso con la órbita más corta, hasta el momento es el segundo más caluroso de los planetas encontrados

cronica.com.mx

A diferencia de Júpiter, el planeta más grande de nuestro Sistema Solar, los “Júpiter calientes” tardan entre unas pocas horas y días en dar una vuelta alrededor de su estrella frente a los casi 12 años terrestres que tarda el conocido planeta gaseoso. Tienen, además, una peculiaridad que les asemeja a la Luna. Suelen tener un lado constantemente expuesto a su astro, mientras que el otro no. Esto se debe a lo que se llama bloqueo de marea; es decir, gira en torno a su eje al mismo tiempo que órbita a otro cuerpo celeste, en este caso su estrella.

Mediante un comunicado de prensa emitido este 23 de noviembre, el estadounidense Massachusetts Institute of Technology (MIT) ha informado que se ha descubierto un planeta de este tipo con la órbita más corta conocida hasta este momento. 16 horas son las que tarda TOI-2109b en completar su año. La estrella a la que acompaña está situada a 855 años luz, en la parte sur de la constelación de Hércules. TOI-2109, así se llama el astro, empezó a ser observado el 13 de mayo de 2020. El satélite TESS de la NASA fue el encargado de recopilar datos durante un mes.

Situado a una distancia de unos 2,2 millones de kilómetros de distancia de su estrella (Mercurio, el más cercano al Sol, está a unos 45 millones de este), el equipo de investigación determinó que el planeta va en dirección a fundirse con ella. El proceso que viene sufriendo es similar al del agua cuando va hacia el fregadero, y lo hace a una velocidad de 10 a 750 milisegundos por año. Esto, que no parece mucho, hace que sea, entre los más de 400 “Júpiter calientes” encontrados hasta el momento, el que más rápido se dirige hacia el astro que orbita, además de el segundo planeta más caliente encontrado hasta el momento.

Se trata de algo que, tal y como comenta el autor principal del descubrimiento, Ian Wong, podría apreciarse, “con “suerte”, en los próximos dos años. Pero aunque se pueda notar su acercamiento a la estrella, se necesitarían unos 10 millones de años con tal de poder apreciar cómo se hunde en esta. El científico estaba realizando el postdoctorado en el MIT cuando se hizo el descubrimiento. Posteriormente ha sido trasladado al Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.

Lo que confirmó la existencia de TOI-2109b fue, por un lado, el análisis de los datos recogidos durante ese mes por el satélite TESS. A esto hay que añadirle el año que se estuvo observando la estrella mediante telescopios terrestres tras comunicar el hecho a la comunidad de astrónomos. Lo que fue el centro de atención eran las oscilaciones lumínicas que se producen cuando un planeta pasa por delante de su estrella. Todo ello confirmó que, ciertamente, allí había un planeta.

El tamaño de la estrella es, aproximadamente, un 50% más grande que nuestro Sol, tanto en masa como en tamaño. Al medir las variaciones en las longitudes de onda ópticas e infrarrojas determinaron que el planeta es un 35% más grande que Júpiter, 5 veces más masivo y que está, tal y como hemos comentado anteriormente, a 2,2 millones de kilómetros de su astro. También la velocidad con la que se dirige en forma espiral hacia él, un proceso que es denominado "desintegración orbital".

Las 16 horas que tarda en orbitar a su estrella convierten a este planeta en el más rápido en llevar a cabo este movimiento entre todos los “Júpiter calientes” conocidos. Al poder observar su eclipse secundario (la variación en el brillo de la estrella cuando un planeta pasa por delante de la estrella), comprobaron que la temperatura del lado que siempre da al astro, o en la que siempre es de día, alcanza más de 3.500 grados Kelvin. Esto plantea nuevas interrogantes a los investigadores.

El coautor del estudio, Avi Shporer, científico investigador del Instituto Kavli de Astrofísica e Investigación Espacial del MIT, se pregunta qué pasará en el lado nocturno. Respecto a esto admite que no puede ser medido por el TESS. Se cuestiona si esa parte del planeta será fría o, por el contrario, el calor del lado diurno se transfiere al otro lado. Ian Wong añade que están empezando a comprender algunos sucesos químicos y físicos de sus atmósferas. Estos serían únicos en comparación con lo que sucede en el sistema solar, ya que no hay ninguno parecido.

Es por ello que una de las herramientas que se usarán en futuros estudios es el Telescopio Espacial James Webb, que será lanzado al espacio este 22 de diciembre. Junto al Hubble podrán determinar las circunstancias en las que se encuentran cuando se van hundiendo hacia sus estrellas. Shporer afirma que este tipo de planetas han sido vistos como unos “bichos raros” desde que se comenzara a estudiar los exoplanetas. Otra cuestión que se plantea es cómo planetas tan grandes y masivos tengan órbitas tan cortas, además de cómo se formaron estos sistemas.

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