“SEMOS” ANIMALES
No olvidemos
que nosotros, como especie,
somos animales.
¿Diferentes?
Pero eso no lo sabemos.
Recordemos
que, claro, también nos mueve
la fuerza tangible
de sostener
el aliento como instinto.
Hemos intentado
(la mayoría de las veces
con unos resultados
devastadores)
resguardarnos
de toda naturaleza
que nos dio el origen.
Como resultado
vivimos en sus márgenes.
Todavía continuamos
más que pendientes
de lograrlo,
pues toda esa inmensa fuerza
es inquebrantable.
Y es que dependientes somos
de toda ella, a pesar
de parecer
constantemente ignorarla;
tanto por la forma de tratarla,
con ella interactuar
o la sociedad con su espíritu.
Miremos este otro punto
a deber de tratar.
Nuestra especie
parece estar sumergida
en una Búsqueda más que Eterna
hacia dejarla atrás
mientras olvida todo su ímpetu.
Parecemos construir
este mundo aun más salvaje
que aquel al que al que pretendemos
dejar atrás.
Demasiadas veces
la hemos superado
en cuanto a la crueldad.
Incluso sus dogmas
han llegado a ser impuestos
igual que un elixir.
Eso somos: animales
que deben estar buscando
la leyenda
de su perdido Edén.
Y es algo efímero
en su perspectiva,
pero tan visceral
en nuestro propio universo.
Pasarán las edades
mientras nosotros
fuimos parte del viaje.
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