LA MAÑANA SE RESGUARDABA

 

Vi la mañana amanecer.

Era invierno. El frío reinaba.

No como lo hacen los reyes,

sino con naturaleza

pura… siempre rebosante

de un calor espectacular.


La claridad, tensa y suave,

parecía un abrigo de la

mañana. Era un recipiente

que un mosaico resguardaba.

¿Y lo resguardaba de qué?

¿Tal vez sería de ella misma?


Algo se tornó patente,

pero de qué se trataba…

cada uno de los presentes

notaron aquella misma

sensación al horizonte,

mientras se encontraban en paz.


¿Podría el invierno darnos

calor al compás

del bajo termómetro?

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