SU FORMA DE CONTEMPLAR EL MUNDO...
Decían que tenía perdida su agenda,
pero sólo era olvidadizo.
Despistado también,
con la cabeza siempre repleta.
Abrigaba siempre sus fantasías
con las hojas de un cuaderno.
Y la tinta verde
era el cauce con que las plasmaba.
A veces se sumergía en un laberinto
lleno de mitológicos seres
cuando la Luna solía danzar en las mañanas.
Quizás sería que por eso despistado fuera,
pues al lograr sacar sus pasiones
iba logrando calmarse con el mundo.
Quizás sería por eso que fuera despistado,
pues por lo terrenal no dejaba atarse.
Y no es que importancia no le concediese,
sino que era particular cómo sentía el mundo.
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