Las posibles psicofonías de "La Almeja Borracha"

06/V/2019

larazon.es

Cuenta la leyenda que hay una taberna en Quahog, un pueblecito de Rhode Island situado al norte del este de EE.UU, que fue bautizada con el curioso nombre de 'La Almeja Borracha'. Se trata de un modesto local hostelero, sin nada peculiar; sus billares, máquina de música, diana de dardos, sus fieles parroquianos, su barra,... Este es el sitio donde pasan horas enteras, o unas pocas, algunos vecinos de la localidad.

El bar no sería, tal y como se ha comentado, nada especial. No lo sería si no fuera por la leyenda que rodea al establecimiento en cuestión. Desde hace más de diez años se vienen oyendo ruidos extraños que provienen de los baños del lugar. Según explica el camarero, quien no ha querido rebelar su identidad, todo comenzó una noche en la que iba al almacen para poder recargar las cámaras. Al pasar por allí fue la primera vez que notó esos sonidos.

Partiendo de lo que comenta, se trataban de ruidos secos, cortantes, a veces repetitivos. En otras ocasiones parecían explosiones de material pirotécnico o unos silbidos constantes y largos. También se notaba un fuerte olor a metano. Decidió entrar a ver qué era lo que sucedía, pues pensó que alguna tubería del gas estaría averiada. Cuando se adentró los ruidos cesaron. Sorprendido, comprobó que no había nadie, ya que las puertas de los baños individuales eran cortas y dejan ver los pies del usuario. Habiendo notado esto, decidió proseguir con su trabajo.

A la noche siguiente empezaron a escucharse otra vez el mismo y extraño alboroto. Así nos lo explica Peter Griffin, un fiel parroquiano de 'La Almeja Borracha'. "Estábamos tomando unas cervezas en aquella mesa de allí", dice señalando una mesa redonda al fondo del establecimiento. "Cuando el camarero vino corriendo estaba blanco y tiritaba". Lo que el empleado les contó les dejó petrificados. La barahúnda eran más extraña y fuerte que la de la noche anterior. Volvió a comprobar si sucedía algo. Esta vez el olor a metano era más profundo que la jornada anterior y, otra vez, pararon cuando entró. Tampoco había nadie.

Glenn Quagmire, un amigo íntimo de Peter con quien pasa tardes enteras en el bar, comenta que decidieron ir a ver qué pasaba. Lo hicieron ellos dos junto a otros dos compañeros, Cleveland Brown y Joe Swanson. Los cuatro se dirigieron hacia allí y, según se iban acercando, los ruidos cada vez eran mas fuertes. El olor que les había explicado el camarero era insoportable. Al entrar al baño ocurrió lo mismo que las dos veces anteriores: el sonido cesó. No había nadie, pero el  extraño aroma, "por llamarla de alguna forma", comenta Cleveland, seguía allí.

Estos sucesos continuaron durante los tres meses siguientes. Sucedía que algunas noches no ocurrían estos sonidos. Cuando volvían lo hacían con más fuerza que nunca. Además, de alargaban a lo largo de los días repitiendo una serie de constantes; iban aumentando en fuerza y olor para ir perdiendo, poco a poco, energía, espectacularidad y los restos olfativos.

Finalmente llegaron a la conclusión de que deberían tratarse de unas psicofonías, pero no tenían la más remota idea de cómo podrían suceder. Además, señalan que el hecho de que no resulte peligroso les ha hecho acostumbrarse a ella. La leyenda del establecimiento se fue agrandando hasta cruzar el Charco Atlantico y llegar a Europa y África. También corrió de Este a Oeste y de Norte a Sur por todo el continente americano hasta después navegar por el Pacífico e Índico llegando a Asia, Oceanía y la Antartida.

A día de hoy, más de de una década después del primer suceso, no se sabe qué es lo que ha podido pasar. Muchas teorías rondan en torno al suceso y sólo una ha sido descartada. Esta cuenta que el hijo menor de Peter, Stewi, desde hace más de diez calendarios, va a escondidas a 'La Almeja Borracha'. Resultaría que es alérgico a la cebada y bastante tímido. La primera le provocaría unos gases tremendos e iría al servicio para soltarlos. Al notar que alguien entra en ellos se subiría al retrete para que no se note su presencia.

Según su padre esa alternativa es ridícula, ya que no hay nadie capaz de superarle en lo que se refiere a cuestiones de escatología gasística. Para demostrarlo muestra con orgullo un vídeo en el que compite con un famoso director de cine.








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