Y APRENDIÓ DE NUEVO A CAMINAR...
Se marchitó
de forma similar
a la que las flores
se marchitan
o los poemas
y canciones
que se quedan
en bosquejos
sobre un folio
y nunca terminan
de coger forma.
Tuvo que volver
a caminar
de nuevo,
con las enseñanzas
que eso supone
y las veces
que se queda
uno sin aire.
Esos instantes
que da el gatear
de nuevo
le abrió la esperanza
y ensoñaciones
al emerger
de la sala
en la que se abre.
Tuvo un sueño
lleno de fragancia
en el que las flores
rebrotaban
en mañanas
y atardeceres
con el aura
de los cielos
al cubrirlos
de las esponjosas
nubes más blancas.
Y fue, entonces,
que volvió a caminar,
pero tardaría tiempo
hasta conseguirlo
de la misma forma
que en el ayer.
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