UN MUNDO AHOGADO
Sangre...
sangre emponzoñada
la tierra recorre
sobre
la que fue tan fresca
hierba, y verde también.
Un río
se formó,
y recorre
los páramos
de extremo
a extremo.
Seco,
ahogado,...
se retuerce
por sus nervios
ajados
y exhaustos.
El mar, la mar,
llorando
se aleja
de él apesadumbrado
y con la cólera
extinta,
pero dañándole
la piel;
cada poro
que en esta se encuentra.
Se retuerce
de dolor
mientras avanza
con pasos
débiles,
también quizás
agonizantes,
y sin fuerza
ni reservas
que la guarde.
Sus paisajes,
antaño
llenos de calma,
son gritos
febriles,...
la realidad
más sofocante
en la ausencia
de una estrella
que caliente.
Incluso esta
se esfumó
perpleja,
también sin rumbo fijo,
en pos de esperanza
que fuera,
simplemente, libre
en el
raro mundo
que se presentaba.
Fiebre...
en las alboradas
se baña la sangre
desde
mar acongojada
y ríos que están tristes.
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