SE ENGALANÓ

Se engalanó con la Luna.

Fue lo primero que encontró a mano,

pero es que el frió se palpaba

en esa fría tarde de verano.

Se engalanó con la Luna.

Descubrio que,

que bajo aquella belleza,

había todavía algo más hermoso.

Se engalanó con la Luna.

Y observó que,

por mucho tiempo escondida,

su luz era un auténtico tesoro.

Se engalanó con la Luna.

Tras esto, huyeron todos sus miedos

hacia el olvido; y la alegría

ese mismo traje iría ocupando.

Se engalanó.

Pero no le 

hubiera hecho

falta alguna, 

pues brillaba

aunque el ruido

ocultase

su corazón.

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