Estampas del confinamiento

05/IV/2020


Hasta hace un momento decir que las calles están prácticamente desiertas, tal vez, sería poco. La poca gente que circula por ellas en este Día del Señor, a algunos ni se nos espera en el Templo del Omnipresente... los pocos que caminan por ellas hacen acopio de víveres, o van al estanco a por tabaco o el periódico, por poner un un par de ejemplos. De esta manera, la distintas rúas en las que se ubican los negocios que permiten el avituallamiento de la villa dan un poco de aire fresco en esta época de confinamiento forzado.

Un metro de distancia entre individuos con tal de mantener ese perímetro de seguridad y la entrada en los distintos establecimientos de forma individual parecen ser la rutina imperante en estas jornadas. Por eso, aunque de vez en cuando se necesite tomar un soplo de aire fresco, lo mejor es quedarse en casa hasta que pase la tormenta.

Además, resulta bastante curioso ver a animales no domésticos, aunque sean palomas, circular libremente por esas calles de las que parecemos ser dueños y señores sin casi ningún atisbo de nerviosismo ante nuestra presencia. Aceleran un poco el paso ante ella y se protegen en los bajos de un automóvil cuando, curiosamente, lo más sencillo por su naturaleza habría sido echar a volar.

FUEGOS (05/IV/2019)

Hay fuegos que calientan;

y otros que clarifican

u originan figuras

que acercan las leyendas

al día de las mañanas.

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