LA CRIATURA DEL ESPEJO
Una criatura había en el espejo.
Resultaba ser hermosa, esbelta
y destinada a maravillar con su tez.
Pero había algo turbio
en aquel encanto
de tintes místicos.
Sería la mueca de su reflejo.
Tal vez su antinatural silueta
asemejando ser cada vez más grande.
Tornábase oscuro
todo aquel embrujo
sentido al principio.
Un sudor frío traspasaba
cada centímetro de las pieles
del que osara observarla con cierto tino.
Pero antes habían de deleitarse
en el contemplar su grácil porte.
Pero antes habían de sonrojarse
al ver esa sonrisa brillante.
Entonces reconocían el fatuo terror
narrado desde las descripciones
de los que lo soportaban.
Aunque también otorgaba La Paz.
Aunque esta fuera efímera, breve,
pues sólo duraba unos instantes
antes de que desembocara El Caos.
Y este llegaba a ser La Tempestad
que de Calma posterior carece,
Ni siquiera por unos instantes,
ni siquiera por unos segundos.
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