SENTIR UNA CANCIÓN...
Siente cada nota
de aquella canción
correr por sus venas
como si de su
propia sangre
se tratara.
Y brama con fuerza,
tesón y pasión
tan desmesuradas
que es parte de su
cuerpo que hierve
al palparla.
Arde, arde con las llamas
que sirven de purificante
como sólo los vestigios
de una tonata
que grabada se hubo
quedado logra
hacerlo.
Arde mientras le brilla
cada centímetro de su piel
al latir cada sentimiento
que suele aflorar
en esos momentos
en los que el alma
es cuerpo.
Algo se libera
desde el escondido
rincón que abre la mar
que le baña su
propia sangre
con sus mareas.
Arde al calor de la paz
que sirviera de acompañante
en aquel primer momento
que cobró fuerza
cuando hubo sentido
su tesitura
danzando.
Entonces... se pregunta
cómo es que será posible
que toda esa sensación
aparezca de nuevo
después de todas las veces
que pudo disfrutarla.
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