LE SOLÍA DAR POR CANTAR...

Sintiendo calor en lo que hacía,

y el frío cuando no estaba en ello,

descubrió que le abrazaba,

aún más, la pasión

cuando por un instante

se tomaba un respiro...

y con ello seguía.


Incluso le encantaba

hacerse el loco siempre

que tenía la ocasión...

a sabiendas que lo estaba

y, prácticamente,

a punto de ocupar

una acolchada habitación 

que bastantes años atrás

él mismo se construyó.


Le solía dar por cantar

frías y cortas canciones

sin significado....

aunque para él lo tuvieran.

Regocijábase 

en cada una de ellas

soltando el lastre que formó

cuando no disfrutó de ellas

por sentirse alguien cuerdo. 


Seguro que le conocerían 

muchos de ustedes, pues cruzaron 

bastantes veces miradas 

sin mala intención. 

Quizás por esas calles

que transitan a diario...

u otra localidad. 


Y es que como él, o ella,

hay muchas gentes...

más de las que creemos...

son las que disfrutan

sin los pudores 

que suelen frenarnos.


Locos, sí, pero tal vez 

mucho más cuerdos

que el que está sano 

en un escaparate. 

iliaestudio.com


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