LUCIÉRNAGAS EN LA NOCHE
Lucen las luciérnagas.
Parecen combatir
la oscuridad
de la noche.
Un redoble
se levanta
semejante al latir
de un baile que comienza.
Es de noche
y la oscuridad
se rompe
con el brillar de aquellas.
El silencio se quiebra
al haber
dado salida
al desfogue.
El sonido
del río se apaga.
El susurro de la brisa
también.
“Miren”,
así indica
un curioso
zorro la escena
a los otros.
Allí se congregan
los animales.
Los nocturnos
están acostumbrados
a la escasa luminosidad.
Los diurnos se desesperezan
mientras hacen esfuerzos
contemplando
lo que percibe
su esforzada vista.
Los Humanos,
ajenos siempre
a lo que les rodea,
se desinhiben
en un espacio
que de barrera sirve
hacia la naturaleza.
Ignoran que les observan.
Y ya no se sorprende
el observador
de aquello que ve.
Tranquilos les dejan
en su ferviente
desenfreno.
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