Tycho visto al detalle (public.nrao.edu)
Tal vez sueñe usted con viajar
algún día por el espacio. Llegar a un planeta determinado, a una
lejana galaxia o caminar por la superficie de la Luna. Quizá anhela
esto mismo y está deseando que comiencen a producirse los viajes
turísticos hacia nuestro satélite para poder acudir a ella. Hasta
que llegue ese momento tendrá que conformarse con observarla con un
telescopio, los videos que puede encontrar sobre ella o admirar las
fotografías que la plasman. Si es de esos que disfrutan con este
último ejemplo sepa que está de enhorabuena.
Este martes, 21 de septiembre, se
ha mostrado una imagen del cráter lunar Lycho. Tomada con el
Telescopio Green Bank (TGB), es la instantánea con mayor resolución
realizada hasta ahora desde la Tierra mediante un radar. El radio
telescopio, que está ubicado el Estado de Virginia Occidental, en la
zona de Green Bank, es el más grande del mundo y hasta el año 2016
formó parte del Observatorio Nacional de Radioastronomía (ONRA)
estadounidense. Su nombre completo incluye a su fallecido financiador
y senador por el Estado Robert C. Byrd.
La imagen abarca una extensión
de 200 kilómetros por 175, más que suficiente para cubrir los 86
que tiene el cráter. Con una edad calculada en unos 108 millones de
años, está ubicado en la parte sur de las zonas elevadas de la Luna
y es conocido por su aspecto. Este, visto desde fotografías que
captan el satélite a la hora de orbitarlo, presenta una blanquecino
punto desde el cual va extendiéndose un sistema de radios por la
superficie lunar que se podrían asemejar a las estrías que se
producen en el cuerpo humano.
La familiar imagen del cráter (observatorio.info)
Formada por unos 1.400 millones
de píxeles, el Dr.
Tony Beasley, Director del ONRA y vicepresidente de Radioastronomía
en Associated Universities, Inc. (AUI), afirma que es la imagen de apertura
sintética más grande que hayan conseguido hasta el momento en
colaboración con sus socios de Raytheon, una de las compañías
aeroespaciales y militares más importantes del mundo. Beasley añadió
que, aunque todavía hay que mejorar las imágenes, estaban
entusiasmados por compartirla con el público y esperan hacer lo
mismo con más en un futuro próximo.
Tal
y como se detalla en el comunicado emitido por el ONRA, la
idea del proyecto es que en un futuro se pueda explorar el Sistema
Solar con
este sistema. El propio Beasley sugiere que “abriría una nueva
ventana al Universo” y
permitiría
ver
los
“planetas vecinos y objetos celestes de una manera completamente
nueva”. Pero para ello es necesario un “apoyo financiero total”.
Por ahora tendrían el apoyo de la comunidad científica y 4,5
millones de dólares en fondos por parte de la National Science
Foundation. La intención es que el proyecto se extienda con nuevas
formas de diseño.
Equipado
en 2020 mediante una nueva tecnología desarrollada por Raytheon
Intelligence & Space y el Observatorio Green Bank (OGB), el TGB
puede mandar una señal al espacio. Combinándolo con las antenas del
Very Long Baseline Array (VLBA) se han centrado en la superficie
lunar, en las zonas del cráter y las de aterrizaje del Programa
Apolo de la NASA. Se
trata de una señal de baja potencia que posteriormente hay que
descifrar. La explicación correspondiente a esto la dio el ingeniero
Galen Watts del OGB en
el nombrado comunicado.
Según
comenta Watts, cuando el TGB emite los impulsos estos se reflejan en
su objetivo, que en este caso sería la superficie lunar. En el
momento de recibirse, al estar de vuelta, se almacenan.
Posteriormente habría que comparar cada uno y crear la imagen. Esto,
que en un principio parecería que puede dificultar la tarea, es en
el fondo más productivo, ya que permite percibir las diferencias
entre uno y otro y genera datos más importantes. Esto se debe a que
el transmisor, el objetivo y los receptores se están moviendo
constantemente junto a nosotros por el espacio.
Las
diferencias que genera todo ello se examinan con la intención de
lograr una resolución superior a cuando el objetivo está en una
posición estacionaria. Lo
mismo pasa
respecto a la distancia y
la rapidez con la que se acerca o aleja. También
en cuanto a su
movilidad a través del campo de visión. En palabras de Watts, hasta
ahora se había realizado en distancias de pocos de cientos de
kilómetros,
pero
no con escalas de miles y una resolución de “un metro más o
menos”. Se trata de un trabajo informático de muchas horas, pero
que hace 10 años hubiera llevado meses.
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