EL SASTRE QUE LE TEJIÓ UN TRAJE AL SOL
No llueve.
Parece que el Sol,
brillando ahí arriba,
ha decidido
lucir su mejor traje.
El sastre…
es ignorado
en su persona…
no por su tino
hacia aquel embalaje.
Su fuerte
le había empujado
a esa lectura
en la que el vino
no fuera importante.
Que fuese
el Astro el centro
de las miradas
y ese desuso
de su pulcro nombre hacia él.
Se luce
el brillante Sol
mientras contempla
el sastre todo
lo que rodea ese instante.
Percibe
ese momento
incluso al obviar
lo sucedido
al surgir los vítores.
Sumerge
su alma despacio
con tal de sanar
lo que el prestigio
llegaría a lograr crecer.
Se mece
despacio, y lento,
en una hamaca
donde el silencio
lija el ruido creciente.
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