LA CALAVERA DE MADERA

 

Observaba, con asombro,

esa calavera que se

presentaba en el estante

de ese pequeño negocio

cuya puerta acababa de

atravesar.

Su precio,

indicado mediante

una pegatina azul

de un tono chillón,

resultó

una más que agradable

sorpresa, aunque frenó su

primer impulso

por adquirirlo.

Era de un madera

pulida finamente.

De base carecía,

por lo que su cuerpo

de ello mismo servía.

Esos pómulos…

esas cuencas redondas…

era un reflejo que le

mostraba la esencia

que tenía guardado

entre su existencia.

Entonces algo más vio.

Un cajón con dimensiones

para poder guardar en él

lo que tenía entre sus manos

y sacarla cada vez que

la admirara.

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