PALABRAS
04/IV/2019
Tenía todas las palabras en sus manos.
Las miró despacio, con toda la atención;
luego sopló suavemente... y las esparció,...
y observó la forma en que se le alejaban.
Suspiró. Después sonrió y, por fin, les dijo
que no fueran, que no fueran para nadie.
Que fueran de todos y para ellos todos,...
pues ahí se encontraba su auténtica magia:
en ser de todos y no ser para nadie.
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