HUBO UNA NOCHE...
13/V/2020
"Recuerdo nítidamente la cena de aquella noche.
Tenía la edad en la que los ojos miran de forma distinta,
cuando comienzan a escudriñar como los de un adulto.
Con aquella asamblea que estaba presidida por nuestro líder,
una persona bondadosa con una astuta mente,
y el varón que guiaba a los que vinieron desde la Gran Laguna
se cimentó el comienzo del final de nuestro futuro,
donde todo lo conocido se marchitó y no volvió a crecer.
Decían rezar a un único Dios
que acabó sacrificado en una cruz
con un mensaje de paz, amor y comprensión.
Lo hizo por todos sus hermanos
abrigado de un brillante halo de luz
rebelándose a la fuerza de la SinRazón.
Tres días después resucitó.
Podía comer, beber, hablar,
por supuesto, ser tocado.
Así se pudo constatar
ese Linaje Divino,
lo cierto de sus Palabras,
el poder de sus Secretos,
que entonces mandó predicar.
Aquella noche prosiguió en un clima más que agradable,
los regalos intercambiados prometían una gran amistad
entre dos formas de caminar entre mundos distintos
que parecían poder estar celebrando aquel nuevo renacer
sin que una de las partes intuyera lo que esa noche
pasaría cuando unas armas escondidas fueran desenvainadas.
Nuestro líder no disimuló la pena en sus dos ojos
mientras se derramaban las lágrimas al conseguir entender.
Nuestra sangre se tornó en un río
carmesí que transportaba aquel ataúd
desde donde se resquebrajaba el corazón
de nuestro tan ingenuo mundo,
ese que no sabía de Norte ni Sur,
tampoco de la Edad que vendría a continuación.
Todo se volvió silencio
aunque existieran palabras.
Una oscuridad lo impregnó
con fatua magnificencia,
aquel que era nuestro mundo
con sus gráciles mañanas
y sus mágicos sueños
llegados desde el Más Allá.
Lo primero que hicieron fue violar a nuestras mujeres
después de que todos los hombres perdieran sus tristes cabezas.
Luego las pusieron a contemplar todos esos actos
para que no perdieran ningún detalle después de fallecer.
Sus rostros reflejaban el tormento de tener que ver
toda aquella brutalidad desde el Mundo de las Almas,
desde donde se comunicaban los Antepasados
y lloraban, y lloraban al observar toda aquella escena.
Nos ataron de pies y manos,
ya no pudimos ver ni sentir la luz
desde que partimos hacia alguna dirección
todos los que sobrevivimos;
si se le puede llamar así a la cruz
que nos regalaron aquellos sin corazón.
Nos lo arrebataron todo
comenzando en lo terrenal,
hasta el día se nos prohibió.
Podíamos pisar la tierra
cuando fuera con permiso,
igual era con el hablar,
cuando daban el sustento
o teníamos que respirar".
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