LA SONATA DE LA ARENA DE LA PLAYA

Estos folios de papel se van abriendo,

igual que la mar al subir, o bajar, las mareas.

Una dulce sonata se oye de fondo

igual que las estrellas mientras bañan las aguas.

Mientras estás en las rocas se rompen

se forma la fina arena que dará lugar

algún día a una playa que bañará el Sol.

Entonces, se caminará en la noche

recibiendo la forma con la que la arena

surque los pies en medio del silencio.

La tonata, dulce ella como la Luna, 

embriagará los cielos nocturnos

igual que el frenesí que forma una hoguera

en su rugir en pleno verano

y alguien baila

sobre su contorno

mientras canta

en pleno júbilo.

Entonces los folios serán un legado

para todos aquellos que los quieran disfrutar...

o serán de la nada a los que ignorarlos

estando en su derecho escoger así decidan.

Y las olas

seguirán rompiendo

en la playa 

hasta ver su ocaso.

Y esto también se volverá tan personal,

ese simple hecho de disfrutarlo,

que incluso habrán de nacer otras sonatas

inspirados por esos momentos.

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