MARIONETA
Sangra el inocente
al verter lágrimas
que sirven de afluente
en un violento río
cuyo rumbo muere
al estar fijado.
Es un tímido títere
en manos de la voluntad
de un alma convaleciente
por la falta de corazón
aunque su forma latente
esté vibrante en su pecho.
Las piezas del tablero de ajedrez
son bocados con los que su gula
no termina por satisfacerse
al estar sumergido en un pozo
con un recorrido itinerante
sin origen y final tampoco.
Su paladar descifra todas las partes
como si de un gigantesco puzzle fuera
y que sirve de adorno en la fina pared
de una sala en la cual está el epicentro
visceral de una naturaleza inerte
en la gelidez que emana de su calor.
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