SCARFE, LA LEYENDA DE AL CAPONE

 

Alphonse Gabriel Capone, nacido el 17 de enero de 1899 en Brooklyn, Nueva York, más conocido como Al capone o “Scarface” debido a unas cicatrices producidas por una pelea que tenía en el lado izquierdo de su rostro, ha pasado a la historia como uno de los gansters más conocidos. Hoy en día su vida sigue estando rodeada de un halo de misticismo. Llegó desde Nueva York a Chicago con apenas 22 años de edad tras tener que abandonar la ciudad después de dar una paliza a una figura importante del hampa de Nueva York. Corría el año 1919 y se trasladó de ciudad estando bajo la protección de Johnny Torrio, socio de Frankie Yale.

Su llegada a la Ciudad del Viento se dio en un momento en que la Ley Seca estaba a punto de entrar en vigor; lo haría el 20 de enero de 1920 y estaría vigente hasta el 6 de diciembre de 1933. La época de prosperidad que se dio en Estados Unidos durante la década de los años 20, conocida bajo el apelativo de los “Felices Años 20”, le dieron poder y una fortuna que cimentó en el mundo de lo prohibido: alcohol, drogas, prostitución, juego, apuestas (incluso de carreras de caballo, a pesar de que no había hipódromo en la ciudad),…

Su meteórico ascenso alcanzó su punto álgido cuando apenas un año después de su llegada se convirtió en el número dos de Torrio. En enero de 1925 este fue atacado en represalia por el asesinato durante el año anterior de Dean O´Banion, jefe de la rival Banda del Lado Norte (Torrio y Al Capone tenían su territorio en el Sur). Pasaría un año en la cárcel y se trasladaría a Italia después. Scarface asumiría el mando e iniciaría una guerra por el control de la ciudad. Pero su fama de persona de origen humilde que había alcanzado con esfuerzo el sueño americano se vio abruptamente interrumpida después de los asesinatos de San Valentín en 1929. Siete hombres de Bugs Moran, el sucesor de O´Banion, fueron, supuestamente, acribillados indiscriminadamente por tres hombres de Al Capone disfrazados de agentes de policía.

Este suceso cambió de forma radical la sensación que tenía la opinión pública sobre la mafia. Hasta ese entonces gozaba de buena imagen debido a que gracias a ella se podía saltar la Ley Seca y las acciones de beneficencia que hacía. Todo ello dentro del marco de la Gran Depresión que causo el Crack de Wall Street sucedido entre el 24 de octubre y el 13 de noviembre de ese año. La vida de lujos de muchos de ellos comenzaría a ser mal vista debido a las inmensas calamidades que atravesaba la ciudadanía. Sobre todo la de Al Capone, que hasta hacía poco se vanagloriaba de su posición frente a los periodistas con los que trataba o les concedía entrevistas. Esto, los crímenes cometidos, y una continua evasión de impuestos (su declaración fue obligatoria en el país desde 1913) hizo que finalmente fuera condenado a 11 años de prisión federal el 17 de octubre de 1931. Cumpliría dos terceras partes del veredicto en prisión. Se le concedió la libertad condicional en 1939 debido a los efectos de la sífilis que contrajo en su juventud. Esta enfermedad, la cual afecta a las neuronas, se le fue diagnosticada en la cárcel de Alcatraz y se negaría a recibir el tratamiento. En 1946 un médico declaró que tenía la mentalidad de un niño de 12 años. Fallecería completamente demente, a los 48 años de edad, el 25 de enero de 1947 debido a una neumonía después de sufrir cuatro días antes un derrame cerebral.


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