EL OCTOGENARIO QUE DISFRUTÓ DE SU SEXUALIDAD TRAS ENVIUDAR
El humor transgresor, visceral y explícito le ha servido a “El Chivi” a la hora de remover las conciencias más puritanas habidas a nivel estatal
La mayor peculiaridad que tendrá José Francisco Córdoba, ese cantautor madrileño que se dio a conocer con el nombre artístico de "El Chivi", es, sin duda alguna, la capacidad que tiene de provocar y alterar la conciencia de las mentes más puritanas que pueda haber a nivel estatal o, que también se dará el caso, de sacarles los colores a aquellas personas que, por los motivos que fueran, se llegaran a ver reflejadas debido, por qué no decirlo, a su doble moral.
Desde que se diera a conocer con su primera maqueta (Grandes fracasos, 1996), después publicaría otras dos más, consiguió labrarse una fama merecida a través de sus cuidadas letras con un agradable regusto "sabiniano" en su estilo que no dejaban títere con cabeza mediante el astuto uso de un humor que podría catalogarse de pornográfico. Sin duda alguna, el colgar uno de sus temas en una red social como es Facebook es un acto temerario e imprudente que puede llevar a que te cierren la cuenta durante una temporada; pero bueno, podría ser, ya que se puede publicar el pezón desnudo de un varón, pero no el de una mujer.
Bajo el nombre de "El Chivi", junto a las tres maquetas, ha sacado también cinco discos de estudio. El último de ellos en 2014 y, en una clara referencia al éxito cosechado por el libro "50 Sombras de Grey" y su consecuente adaptación cinematográfica, decidió bautizarlo con el nombre cristiano de "15 Sombras de Chivi". Además, bajo su propio nombre ha publicado dos obras: "Estado Natural" (2008) y "Polos Opuestos" (2017). En estos deja de lado su vena sarcástica y cínica presentando una propuesta de cantautor al uso.
El tema que viene a continuación lo pueden degustar (si Facebook no cierra temporalmente, o definitivamente, la cuenta) y les aconsejamos que lo hagan despacio, sin prisas y escuchando su contenido lirístico de forma atenta. Incluido en su primer disco de larga duración, "De Cantautor a Pornoautor" (1999), cuenta la historia de una persona ya entrada en años, con la vida hecha y ya en edad de jubilación al que se le descubre una doble vida. Ya por vergüenza de su orientación sexual, el qué dirán o la educación recibida. El narrador de la historia descubre accidentalmente a su abuelo en plena fogosidad en un íntimo acto carnal y lujurioso.
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