DÍA DE VERANO

 

Omnipresente en el Firmamento.

Excepto en las horas de la Noche,

cuando se ve el rostro de la Luna.

Parece que baña nuestro cuerpo

en este día que es rememorable

donde ruge la temperatura.


Disfrutar con él o de su sombra.

La elección que surge de cada uno

con la que transitar este viaje.

Bucear en el paso de las horas

deleitándose con algo fresco

que vuelva más ameno el bagaje.


Apreciar cómo surge ese cambio:

su vestido al volverse agradable

y oscurece el cuerpo crepuscular.

La sonrisa vuelve al Firmamento:

estrellas tornándose imponentes

y el grácil círculo vuelve a rodar.



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